Murcia

Escándalo

La Razón
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El señor Jesús Samper salió ayer de los juzgados de Murcia, donde prestó declaración por su presunta vinculación con el «caso Umbra», tal y como entró, es decir, hecho un señor: Libre y sin cargos. El escándalo número 54 de la Fiscalía murciana, que dirige con notable desatino Manuel López Bernal, no es más que una cifra de casos fallidos por negligencia, falta de sustento y un montón de incoherencias en la instrucción de cada uno de ellos. Alguien debería exigirle al fiscal que dejara de malgastar el dinero público, es decir, usar los fondos públicos de la Justicia para chapuzas partidarias, que es lo que opina todo el mundo, y aplicarse con más celo a asuntos más serios y otros menesteres propios de su departamento. ¿Malversación de caudales? ¡No! Pero sí un mal uso si se demostrara que sabía antes de llevar adelante una investigación que la misma carecía de sustento suficiente, que contaba con defectos de forma que podían llevar el caso a resultados negativos, porque según la RAE, a eso se le llama chapuza. Murcia cierra estos días un importante acuerdo con una gran productora norteamericana y mire usted por donde sale a la superficie el cadáver que nunca existió. No se puede bajo ningún concepto llevar a cabo una intervención como la de la Guardia Civil en Urbanismo para que todo quede en aguas de borraja, en nada de nada. Alguien debería dar explicaciones si existiera el menor indicio sustentado de delito, porque en ese caso debería aplicársele todo el peso de la ley, pero el fiscal debe saber que los perros peligrosos tienen que ir por la calle con bozal y sujetos al dueño con una correa y, además, no pueden mear en los parques infantiles. Quien la haga, que la pague, como dijo bien claro el presidente Ramón Luis Valcárcel, pero lo que no se puede es enterrar un cadáver y desenterrarlo 54 veces, porque eso también puede ser delictivo. O por lo menos queda muy mal ante la opinión pública y publicada, los primeros porque están en crisis como todos, y los segundos porque se nos queda cara de bobos, excepción hecha de quienes desde el primer momento sabíamos que el dueño y responsable del perro peligroso lo llevaba sin bozal y sin atar por la calle. El perro mordió y ahora alguien debería pedirle explicaciones al dueño. No se interpreten estas líneas como una crítica feroz y sin sentido a la Fiscalía. Interprétense como una crítica constructiva al Ministerio Público para que el dinero de todos dé resultados positivos en las instrucciones judiciales y no se use el totum revolutum para justificar lo injustificable y mucho menos que una institución tan noble dé la imagen de estar al servicio de intereses espurios que no son buenos para el interés general.