China
Las gafas de Zapatero
Los presidentes del Gobierno se acaban aficionando a la política exterior, aunque unos con más aciertos que otros. La razón es que les ofrece menos disgustos que la política interior. La larga escalera con la alfombra roja en China para que Zapatero bajara del avión presidencial con sus gafas de sol refleja fielmente esta realidad. Nada más grato que saludar a una compañía que te rinde honores, reunirse con jefes de Estado y de Gobierno o hacer declaraciones sobre grandes temas. Es la política con mayúsculas, aunque España cuente poco en la escena internacional. Las relaciones bilaterales se sustentan en una educación exquisita y un protocolo perfecto. Zapatero afronta el último tramo de su mandato habiéndose sacado de encima el peso de la sucesión. La anécdota de las gafas de sol reflejan esa inhibición. El problema surge cuando se comete la torpeza inexplicable de anunciar un acuerdo de 9.000 millones que no existe, que se une al anuncio hace unos días de que Qatar iban a realizar importantes inversiones. No es muy serio.
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