ANÁLISIS: Tiene Putin los días contados por Natalia Shapovalova

–¿Debe la UE presionar a Rusia para que repita las elecciones del 4-D?
–Por lo menos, la UE debe presionar a Rusia para iniciar una investigación independiente del fraude denunciado por la oposición y la sociedad civil y repetir las elecciones en los casos donde se confirme que las irregularidades han influido en los resultados. Los rusos, sin embargo, cuestionarán cualquier investigación gubernamental, como siempre ocurre con la corrupción. El Parlamento Europeo ha emitido una resolución para esta cita bilateral. Además de instar a las autoridades rusas a investigar la mala praxis en las urnas y a penalizar a los funcionarios involucrados, deben repetir las elecciones donde hubo irregularidad. Algunos grupos como Los Verdes piden anular los resultados y repetir los comicios con una auténtica representación multipartidista. La posición de la Eurocámara será la más radical, dudo que otras instituciones y Estados miembros sean más firmes.

–¿Es deseable que Bruselas refuerce su relación con la oposición al Kremlin?
–Depende de qué oposición. Me parece que tiene poco sentido mantener relación con la oposición oficial porque no representa una alternativa. Con la oposición no parlamentaria, la UE tiene poca relación. Debe aumentarse el apoyo de Bruselas a la sociedad civil rusa. El cambio de poder en Rusia es posible, aunque no vendrá de un día para otro. La reacción de los ciudadanos tras las elecciones muestra que el panorama ruso se está modificando. La UE no debe llegar tarde a apoyar este cambio.

–¿Está la bicefalia de Putin-Medvedev en la picota y condenada al fracaso?
–La decisión de Putin de volver a presentarse a la Presidencia despejó cualquier duda y confirmó cuál es la jerarquía en esta relación. Putin como jefe apuntaló a Medvedev y sigue ejerciendo el mismo poder que antes. El comentario de Medvedev en Facebook sobre la investigación del fraude electoral responde a la imagen que el actual presidente ruso quiere proyectar como un mandatario de corte liberal, pero no va a salir fuera del «liberalismo» permitido por el sistema orquestado por Putin a lo largo de los últimos doce años. Si quisiera hacerlo, lo habría hecho antes enfrentándose a su «jefe» y presentándose a las elecciones presidenciales.

Natalia Shapovalova
Investigadora sobre las relaciones UE-Rusia de FRIDE