África

Beirut

Afirman que el Gobierno libio usó bombas vendidas por España

Las fuerzas gubernamentales libias usaron bombas de fragmentación al menos durante el asedio a la ciudad rebelde de Misrata, munición vendida por España en 2008 en una transacción legal.

Así lo afirmó hoy en Ginebra Steve Goose, presidente de la Junta de Gobierno de la Convención de Bombas de Fragmentación (CMC, en sus sigas en inglés), tratado que entró en vigor en 2010 tras ser ratificado por 58 países y que prohíbe la utilización de esas bombas y exige la destrucción de todo el arsenal.


Esas bombas contienen cientos de pequeños explosivos en su interior y cuando se lanzan pueden quedar algunas municiones sin explotar, lo que representa un peligro latente para el futuro en las zonas afectadas, ocasionando muertes y graves heridos aún tiempo después de terminado el conflicto.


El responsable de la CMC indicó que existen pruebas de que Libia empleo bombas de fragmentación en Misrata y probablemente en otras zonas del país, aunque no tienen informantes sobre el terreno que lo hayan confirmado en esos últimos casos.
Goose aclaró que la venta de estas bombas a Libia se produjo antes de que España ratificara el tratado, por lo que la transacción fue "completamente legal", aunque pueda ser "moralmente cuestionable".


Según Goose, lo "verdaderamente importante"es que España reconoció la venta, condenó el uso de las bombas de fragmentación, ratificó la Convención, paralizó su fabricación y ha sido el primer país que destruyó todo su arsenal, ya en 2009.


Goose ofreció hoy una rueda de prensa en Ginebra para dar los detalles de la reunión de la Convención celebrada esta semana en la ciudad suiza, junto con la presidenta de la CMC, Laura Cheeseman, y la embajadora de Líbano -uno de los países más afectados por las bombas-, Najla Assaker.


Durante estos días, en los que se idearon propuestas para llevar a la reunión anual de la CMC que tendrá lugar en septiembre próximo en Beirut (Líbano). Durante estas reuniones, Tailandia y Camboya manifestaron su intención de dar los pasos necesarios para adherirse a la Convención a lo largo de este año.


Este anuncio es significativo porque a principios de año Tailandia lanzó bombas de fragmentación sobre Camboya por una disputa fronteriza, la primera vez que se empleó este tipo de munición desde la entrada en vigor de la CMC. "Es un avance digno de destacar que tanto el país agresor como el agredido hayan comprendido el drama que implica el uso de estas armas de destrucción indiscriminada", subrayó Cheeseman.


Sin embargo, Cheeseman aseguró que todavía queda mucho por hacer, ya que grandes potencias como Estados Unidos, Rusia, China, India o Pakistán ni siquiera han firmado el tratado. "Estados Unidos utilizó estas bombas durante la invasión de Irak en 2003 y todavía tiene un remanente de 5 millones de artefactos, similar al que se cree que poseen China o Rusia", explicó.


A las reuniones anuales que se celebrarán en Beirut, se espera que acudan delegaciones de unos cien países para comprobar de primera mano las consecuencias del uso de estos artefactos, arrojadas a Líbano durante el ataque de Israel en 2006. La embajadora libanesa contó que 500 kilómetros cuadrados de territorio se vieron afectados por las bombas de fragmentación y desde el fin del ataque israelí se han registrado ya 460 accidentes, dejando 30 muertos y más de 400 inválidos. "El área afectada representa un 5 por ciento del territorio libanés que ha quedado inhabitable y ha ocasionado miles de refugiados", señaló la embajadora.


Desde la ratificación de la Convención el 1 de agosto de 2010, se han destruido 64.000 de estas bombas, ocho países (Austria, Bélgica, Ecuador, España, Moldavia, Montenegro, Noruega y Portugal) se han deshecho completamente de sus arsenales y Albania y Zambia han logrado limpiar todo sus territorios de bombas no explotadas.