Noche mágica

El sábado viví en Wembley el partido en vivo. Me es difícil transmitir todo lo que pasó y todo lo que sentimos esa noche mágica en un estadio fantástico, con un ambiente extraordinario por parte de las dos aficiones, con un «fair play» digno de dos grandes equipos y que tienen la suerte de contar con dos entrenadores que además de haber hecho historia son unos grandes señores. A Guardiola hay que agradecerle mucho su trabajo, sacando de este colectivo humano, que juega tan bien, lo mejor de cada uno, convirtiéndolo en un equipo serio, profesional, humilde, de amigos, que la toca como nadie y que juega limpio. Ha logrado la admiración del mundo entero.

El sábado, un inglés del Manchester me decía: «Nosotros inventamos el fútbol y ustedes lo han convertido en arte». Bellas palabras que reflejan una realidad. Bien también por Rosell y por los anteriores presidentes, muy especialmente Núñez y Gaspart, que creyeron en La Masia y la potenciaron, convirtiéndola en el frasco de todas las esencias. El equipo ha salido barato y siente los colores mayoritariamente. Cuatro Copas de Europa es estar en el club de los más grandes y la afición lo sabe. Toda Barcelona salió a la calle siguiendo la «rúa», y el Camp Nou se ha llenado hasta la bandera de alegría, de orgullo y de felicidad por haber podido vivir unos años tan extraordinarios. Sólo pedimos a este gran equipo y a su gran entrenador que no decaigan y que nos vuelvan a hacer volar. Gracias, Barça.