La JMJ a ritmo de samba

Madrid- «Me complace anunciar que la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud será Río de Janeiro. Pidamos al Señor ya desde este instante que asista con su fuerza a cuantos han de ponerla en marcha y que allane el camino a los jóvenes de todo el mundo para que puedan reunirse nuevamente con el Papa en esa bella ciudad brasileña». De esta forma, Benedicto XVI anunció la próxima sede de la JMJ, tras el rezo del Ángelus en Cuatro Vientos, en agosto del año pasado.

Estas palabras supusieron el pistoletazo de salida para la organización de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. La archidiócesis de Río de Janeiro tenía dos años por delante para prepararse y cada vez queda menos para que el Papa y los jóvenes del mundo entero se encuentren en Copacabana. Este entorno paradisíaco será el primer lugar donde los peregrinos puedan ver y escuchar en directo al Santo Padre. La playa de Copacabana también dará la bienvenida a los jóvenes, pues sobre su arena se celebrará la Misa de acogida a los peregrinos. En el mismo lugar se celebrará el Vía Crucis, presidido por el Sumo Pontífice. «Iniciaremos los eventos centrales bajo la protección de María –la playa de Copacabana lleva ese nombre por la advocación de Nuestra Señora de Copacabana– en ese lugar que ya tiene tradición de grandes eventos para Río de Janeiro», explica el Arzobispo de Río de Janeiro, monseñor Orani João Tempesta.

Por su parte, la Base Aérea de Santa Cruz, en la zona oeste de la ciudad, será sede de la Vigilia del sábado 27 de julio y de la Misa de clausura del domingo 28, en donde se esperan unos 2 millones de jóvenes. Esta base pertenece a la Fuerza Aérea Brasileña y cuenta con un terreno de 5,7 kilómetros cuadrados. El Cristo Redentor en el Cerro del Corcovado también tendrá un papel relevante. Además de figurar en el logo y en la oración oficial del evento, monseñor Tempesta invitó a Benedicto XVI a visitar la mítica imagen. Por otro lado, la intención del prelado es que el Santuario del Cristo Redentor permanezca abierto las 24 horas para atender al gran flujo de peregrinos. El arzobispo de Río de Janeiro también propuso un encuentro final en el Estadio Maracaná con los voluntarios, que hasta ahora suman 40.000 y que se espera que lleguen a 65.000. «Los voluntarios son el alma de la Jornada», comenta el Padre Ramón, director de la División de Voluntarios de la JMJ Río 2013.

El lema de la próxima JMJ: «Id y haced discípulos en todas las naciones», configura una extraordinaria continuación para el lema de Madrid («Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la Fe»). «Todos los implicados directamente con la organización de la JMJ son los primeros en experimentar esta gran gracia. Buscamos la iluminación del Espíritu Santo para evangelizar a todos, propiciando este gran encuentro con Jesucristo. En este sentido, destacó la peregrinación de la Cruz y del Icono de Nuestra Señora por las diócesis de Brasil, marcando como signo concreto las vidas de los jóvenes», asegura a La RAZÓN el padre Arnaldo Rodrigues, director ejecutivo de Preparación Pastoral de la JMJ Río 2013.

Todo ello, dentro de un evento que congregará a jóvenes de todo el mundo, aunque, «más que un encuentro que reúne a millones de jóvenes, la Jornada Mundial de la Juventud da testimonio de una Iglesia viva y en constante renovación», asegura Beatrice Boechat, coordinadora de Prensa de la JMJ Río 2013. «Cuando el Santo Padre anunció la ciudad de Río de Janeiro como sede de la próxima JMJ, nuestro corazón se llenó de alegría por este gran regalo de Dios para nuestra nación. Pero también después de la euforia vino el sentimiento de responsabilidad», confiesa el padre Arnaldo.

EN PRIMERA PERSONA
Benjamín Paz / Adjunto al director de Comunicación de JMJ-Río 2013
«Madrid dejó el listón alto, esperamos superarlo»
La vida de Benjamín Paz Vermal dio un giro de 180 grados gracias a la JMJ Madrid 2011 cuando, de peregrino voluntario, pasó a formar parte del equipo de comunicación del evento, encargado de las redes sociales. Hace dos semanas, el arzobispado de Madrid ofreció su currículum al de Río y días después se convirtió en el adjunto del director de Comunicación. «En Madrid la aventura empezó como algo personal y, aunque Río me ha sobrevenido casi como una oportunidad laboral, el trasfondo es el mismo: será un crecimiento personal y espiritual constante, como ya lo fue la primera vez», asegura el joven, que no duda del éxito de la próxima edición: «Tenemos una meta común que no cambia ni en el espacio ni en el tiempo: transmitir el mensaje del Santo Padre».