Cataluña
El Gobierno sobre Mas y Urkullu: «Son dos coches que van contra el mundo»
El Ejecutivo frenará la «pinza» soberanista con la Constitución
MADRID- El Gobierno se abstuvo ayer de pronunciarse sobre las elecciones que se celebran este domingo. Pero dos días antes de las elecciones gallegas y vascas sí reafirmó la contundencia del discurso en el que sostiene el muro contra los delirios soberanistas de nacionalistas catalanes y vascos. Por eso no se anduvo por las ramas a la hora de contestar a la «pinza» independentista que andan tejiendo bajo cuerda el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el candidato del PNV a la lendakaritza, Iñigo Urkullu.
Después de que se confirmase la reunión que ambos han mantenido para concertar estrategias futuras para avanzar en sus respectivas construcciones nacionales, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Saénz de Santamaría, advirtió que el marco para dialogar y para entenderse es la Constitución y que con la Carta Magna en la mano el Gobierno frenará cualquier proyecto que se salga de sus límites. Hay instrumentos legales y se aplicarán, insistió.
Fue mucho más incisiva en el mensaje económico-pedagógico. En este ambiente preelectoral, el Ejecutivo se dirige a los vascos y a los catalanes con la advertencia de que tanto Mas como Urkullu van en contra del orden europeo y hasta internacional, en donde la prioridad no es otra que la economía, el crecimiento y la creación de empleo. «Ésa es la prioridad de todos menos de dos (en alusión a Mas y a Urkullu) que están en otra cosa. Cuando uno se aparta de la preocupación fundamental. Cuando uno se aparta de los procesos de integración que están en marcha, y en los que se aboga por una mayor unidad, entonces uno acaba yendo a la contra de todo el mundo», sentenció la vicepresidenta.
Abundando en esa tesis, comparó a los dos líderes nacionalistas con dos coches que van por una carretera en dirección contraria y que encima se resisten a darse cuenta de que los que van al revés del resto son ellos, y no los demás.
Desde el Gobierno se insiste, por tanto, en que la independencia perjudica la salida de la crisis de las dos comunidades en las que algunos están alimentando este debate, y también del conjunto de España. Y otro recado a Mas y a Urkullu: que no confundan Cataluña y el País Vasco con los fundamentalismos de sus partidos, porque en los dos casos hay muchos ciudadanos que se declaran catalanes y españoles y vascos y españoles.
Moncloa ofrece diálogo –para combinar estratégicamente el tono duro con el mensaje más positivo–, pero dentro de la Constitución y en los canales ya habilitados al respecto, como, por ejemplo, la Conferencia de Presidentes. Y con una agenda en la que las prioridades deben estar claras y para el Gobierno son crear empleo y salir de la crisis. «Si el debate soberanista se va de las manos será culpa suya», sentenció la vicepresidenta, mirando a Mas y a Urkullu.
«Que se ocupe de las ratas y las chinches» en las cárceles catalanas
Santamaría también colocó ayer en su sitio al consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, quien se descolgó con unas polémicas declaraciones en las que advertía de que en caso de conflicto [con España], los Mossos d'Escuadra estarían al servicio del Gobierno catalán. Moncloa responde que la Policía Autonómica ya ha dejado claro cuál es su obligación, y le recuerda a Puig, que forman parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, instó a Puig a centrarse en sus obligaciones, entre las que está garantizar el orden público en Cataluña o vigilar que haya orden en sus cárceles. La vicepresidenta lamentó que Puig haga unas declaraciones tan cuestionables mientras «crecen las chinches y las ratas en la prisión modelo de Barcelona».
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