España
Palomares: un solo año bastaría para descontaminar la zona
La pedanía almeriense sigue sin un plan de rehabilitación 45 años después de que cayeran las cuatro bombas radiactivas. El Ciemat espera concluirlo este año. De hacerlo, y lograr el visto bueno del CSN y del Gobierno, a finales de 2012 se podría empezar a tratar la zona, y en 2013 estaría limpia.
Cuando se acaba de cumplir el 45 aniversario del incidente de Palomares, la descontaminación de la zona continúa pendiente. El reloj se paró aquel 17 de enero de 1966 en el que el ejército americano causó el que sigue siendo el accidente nuclear más importante de España. Dos de las cuatro bombas que cayeron lo hicieron cerca de esta tranquila pedanía almeriense, donde aún hoy quedan restos de plutonio y americio. En concreto, 50.000 metros cúbicos de tierra radiactiva que convierten a Palomares «en la única zona poblada del mundo contaminada por plutonio», asegura Eduardo Rodríguez, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A pesar del tiempo transcurrido, Palomares sigue sin un plan de rehabilitación acabado. Lo que sí hay es un informe preliminar que el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) presentó, en 2010, al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Aunque no tardará en llegar. El Ciemat, tras la elaboración de un mapa en 3D sobre la radiactividad de la zona, está ultimando el plan de rehabilitación. Un proyecto que esperan «tenerlo acabado antes del verano o a más tardar en octubre de 2011. Después, quedaría conseguir la aceptabilidad del informe por el CSN y el visto bueno del Gobierno. De lograrse, se necesitarían entre ocho y 12 meses para construir una planta industrial en las áreas expropiadas que permitiría comenzar a limpiar la zona en 2012 y acabar las tareas de limpieza en 2013. Es decir, que si no hay retrasos en sólo dos años Palomares se descontaminaría, ya que con la técnica prevista sólo se tardaría un año», aseguran fuentes del Ciemat.
La mejor solución
La técnica prevista para descontaminar la zona es por tamizado (proceso para separar materiales). Es decir, la misma conclusión a la que se llegó en 1996 en EE UU.
«Hallamos que con el tamiz se quedaban partículas de 126 micras de sílice que llevan adheridas plutonio. Así se podría extraer gran parte de partículas contaminadas al «colarlas» gracias a esta malla de orificios tan pequeños. Con esta técnica en seco, podríamos dejar los 50.000 m3 contaminados en 6.000. Es decir, limpiar la mayoría de la zona al aislar el plutonio.
Con esto, conseguiríamos capturar muchas partículas radiactivas y que ocupen un volumen pequeño. La segunda parte consistiría en tamizarlo en húmedo. Es decir, humedecer el suelo y hacer el tamizado, lo que permitiría separar el plutonio, ya que con una sola gota de agua se disgrega más rápido. Con ello podríamos limpiar bastante, pero no puedo concretar aún en cuánto», añaden desde el Ciemat.
El problema viene después. ¿Qué hacer con los contenedores radiactivos? Lo ideal sería llevarlos a un almacén no temporal, pero no hay ninguno en el mundo. Así que la única posibilidad que hay hoy es llevarlos a un Almacén Temporal Centralizado (ATC), y en España sigue siendo una asignatura pendiente, por lo que el destino no está tan claro. Se podría llevar en barco a EE UU o bien mandarlos a Francia o a Inglaterra donde tienen plantas en las que se reprocesa el plutonio, pero esto tiene un precio. «La única posibilidad es retirar los residuos y llevarlos a EE UU, al igual que se hizo tras el accidente, por aquello de que quien contamina paga», afirma Rodríguez.
«El problema –prosigue– es que un ATC no sirve, no es una solución definitiva, y el plutonio tiene una vida media de 24.000 años (el americio entre 400 y 500 años). Además, no existen contenedores que aguanten miles de años, la radiación los altera».
En definitiva, su paradero final sigue siendo una incógnita. Como lo es también que haya tenido que pasar tanto tiempo. Varios son los motivos. Pero el que más peso tiene es que como esta pedanía era una zona pobre en 1966, el tiempo de respuesta se ralentizó una vez que los estadounidenses se llevaron gran parte de los restos contaminados. De hecho, no se expropiaron y se arrendaron terrenos hasta el boom urbanístico y la demanda de tierra para hacer invernaderos. Entonces se vio la necesidad de aprobar por Ley un Plan de Investigación y después en 2004 en el último Consejo de Ministros del año se determinó que se expropiaran algunos terrenos. Mientras y aún hoy se siguen realizando en Madrid exámenes periódicos a la población, y el problema es que un elemento radiotóxico como el plutonio puede presentar efectos a largo plazo para la salud. Sobre si se han sucedido casos o no, hay división de opiniones. Desde los que declaran que no ha habido ningún caso hasta la del investigador del CSIC, que asegura que «del centenar de historiales que lograron, gracias a la mediación del Defensor del Pueblo, detectaron un 40 por ciento de casos contaminados».
En cualquier caso, ¿por qué en pleno siglo XXI una población tiene que vivir 45 años rodeada de radiactividad cuando hay tecnología para darle solución? Algo de lo que hablarán este viernes el alcalde de Cuevas del Amanzora, Jesús Caicedo y el de Palomares, Juan José Perez, con el embajador de EE UU en España, Alan Solomont.
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