Cataluña

El Debate de la Nación servirá para resucitar el frente catalanista

Los partidos catalanes estudian una resolución conjunta sobre el Estatut

La Razón
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La idea aún está en proceso de maduración. Los partidos catalanes aguardan a que en Cataluña tripartito y CiU muevan ficha, decidan qué hacer tras conocer la sentencia y los fundamentos jurídicos dictados por el Constitucional sobre el Estatut, y acuerden si el Parlament debe o no aprobar una resolución política tras el pleno anunciado para el president Montilla. Pero en el escenario madrileño habrá, también, una escenificación conjunta del rechazo al fallo del máximo garante constitucional. Y en eso andan los partidos catalanes representados en el Congreso de los Diputados, que no descartan llevar al Debate de la Nación para someterlo a votación un texto unitario sobre la sentencia y el papel desempeñado por el TC en este proceso.

La fórmula persigue, desde luego, el resurgir del llamado frente catalanista que, según dicen las encuestas en Cataluña, tienen que recomponer las formaciones políticas una vez dictada la sentencia. Y, como todo, la idea tiene ventajas y desventajas para los intereses de los partidos catalanes. Pero sobre todo choca con las diferentes intereses electorales de las formaciones políticas, al tiempo que pone en un brete a los 25 diputados del PSC en el Congreso. Sin duda, a CiU, ERC e ICV les interesa esta estrategia de ahondar en la división entre socialistas, lo que podría dar al traste con la iniciativa. A CiU, dirigida en Madrid por el secretario general de Unió Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran i LLeida, tampoco le conviene quebrar la imagen de moderación y centralidad que tienen en Madrid. A quien más beneficia sin duda la estrategia del frente catalanista sería a ICV y a los republicanos que, curiosamente, hoy están en momentos complicados electoralmente y en la cabeza de la manifestación que defiende con uñas y dientes un texto que no votaron.

Más allá de lecturas interesadas, lo cierto es que Zapatero tendrá sí o sí que enfrentarse durante el debate de la Nación que se celebra el 14 y 15 de julio, a un coro de críticas que le exigirán el respeto a lo votado por el pueblo catalán en referéndum. Justo lo que le faltaba a un presidente acorralado por la crisis económica, debilitado por la gestión de la misma y con la credibilidad ciudadana por los suelos. Si alguien creía que el de este año sería un Debate exclusivamente económico, se equivocó. El Estatut, la sentencia del TC, el desarrollo del modelo autonómico han entrado de sopetón en la agenda para quedarse en ella al menos hasta después de la cita parlamentaria por excelencia. Después, sólo el tiempo, la economía y el devenir de la manifestación convocada en Cataluña dirán si el asunto seguirá vivo durante la campaña electoral o se esfumará en función de los siempre presentes intereses electorales.