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II / Las Pymes y los autónomos: 300000 autónomos a la calle por Lorenzo Amor

Hay que apoyar al colectivo que realmente genera empleo y vertebra la economía

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La necesidad de volver a situar en el centro de las políticas a la economía real productiva como estrategia para salir de la crisis es una idea que cada vez se extiende más en Europa. Parece como si, decepcionados por aquel sueño de una economía que podía sustentarse en un mercado cuyo único producto era el dinero, los gobernantes volviesen a mirar hacia el suelo y aceptasen, por fin, aunque no sabemos si demasiado tarde, que el crecimiento económico sólo puede apoyarse en los empresarios. Y especialmente en los pequeños empresarios y autónomos, que son los que conforman más del 80 por ciento del tejido productivo y los que realmente generan empleo en el país.

Tanto es así, que si los tres millones de autónomos españoles contratasen a un solo trabajador, el paro podría reducirse a tasas cercanas al 7 por ciento, mínimo histórico alcanzando en el segundo trimestre del año 2007. Algo que en el caso de las grandes empresas, de más de 250 trabajadores, supondría que cada una de ellas (4.485) tuviese que contratar a 1.095 trabajadores para igualar dicho resultado.

Pese a este hecho, hasta ahora se ha ninguneado a este colectivo hasta la saciedad, dejándole a su suerte para afrontar una crisis en la que su situación de vulnerabilidad les ponía directamente en el punto de mira. De hecho, la caída de la actividad, la falta de crédito, la morosidad y la ausencia de medidas de ayuda al colectivo se han llevado por delante a cerca de 300.000 autónomos.

Sin apoyos

Ello es sólo una prueba más de que se les ha dado la espalda sabiendo que son los que reúnen la capacidad de generar más empleo y actividad. Algo que difícilmente se podrá conseguir si no se apuesta definitivamente por los autónomos y los emprendedores como ejes fundamentales de la vertebración económica de nuestro tejido productivo.
Nuestro país no puede permitirse a estas alturas estar instalado en un planteamiento de prevalencia del trabajo asalariado y que sólo el 4% de los jóvenes menores de 30 años decidan emprender, que no se eliminen las trabas administrativas para ello y que se esté ahogando con la morosidad a una gran parte del tejido empresarial español sin acceso al crédito y sin alternativas de financiación, con una fiscalidad desfasada y un criterio de tributación de IVA que imperativamente debe cambiar al de caja.

En definitiva, España necesita menos política y más políticas. Menos pasividad y más actividad. Más crédito y menos morosidad. Mas emprendedores y menos trabas. Volver a la economía real productiva no es sólo un eslogan, debe ser una prioridad. Pero para ello, aquellos en cuyas manos esté el gobierno deberán tomar medidas reales y eficaces. Y tener la suficiente voluntad política para solucionar de una vez por todas los problemas de los autónomos y desbloquear así todo su potencial como generadores de riqueza y empleo en beneficio del conjunto de la sociedad.


Lorenzo Amor
Presidente de ATA