En busca del pacto perdido por Sergio ALONSO

Ansiosa como está por copar protagonismo mediático y escalar rápidamente por el abrupto ramaje del socialismo madrileño, Trinidad Jiménez va a echar el resto durante lo que queda de año para acaparar titulares y lograr fotos pactistas capaces de levantar los alicaídos ánimos de Moncloa y de sus compañeros de partido en la capital. En este contexto hay que enmarcar el intento de sellar el mismo Pacto sanitario que con tanto ahínco como tan poco éxito dibujó Bernat Soria, la súbita proximidad del Ministerio a la cúpulas de unas organizaciones sanitarias esquilmadas por mor de la rebaja forzada de salarios, y el acercamiento soterrado que la propia Jiménez está haciendo hacia el entorno del PP, en busca de aliados en previsión de que Elena Salgado termine imponiendo sus tesis y meta un copago a los ciudadanos. Nadie espere de Sanidad, sin embargo, medidas concretas y propuestas revolucionarias. El documento que prepara no se parecerá en nada ni al primero ni al segundo informe Vilardell, ni al hoy elogiado y antaño despreciado informe Abril Martorell.

El Ministerio busca gestos, símbolos e imágenes mediáticas que le permitan tener las espaldas cubiertas en caso de que, como apuntan los datos, el sistema perezca inmerso en la bancarrota. Jiménez insistirá por ello en el diálogo con la oposición y tratará de acercar a sus tesis a CiU y a otros partidos minoritarios del arco parlamentario. Intentará convertirse de aquí a finales de año en una especie de coleccionista de acuerdos, al tiempo que tratará de acallar el ansia de titulares en la Prensa con dosis de chucherías, bollos, tabaco, refrescos y cannabis, por aquello de mantener a la gente entretenida. La salud pública siempre vende.