Ciudad Lineal

«Que me muero que me muero»

Ayer fue, sin duda, el peor día en la recién estrenada trayectoria profesional de Patricia. La mujer, de 22 años, no llevaba ni dos meses en prácticas en la comisaría de Ciudad Lineal, en Seguridad Ciudadana. Ayer, mientras patrullaba junto a su compañero Ángel por la calle Salvador de Madariaga, alguien los requirió.

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Eran poco más de las once de la mañana y les comentó algo acerca de un hombre que estaba peleando con otro en el parque de enfrente, según fuentes policiales. La pareja se acercó entonces a identificar a Chimaobi, que ya se encontraba solo. Al parecer, según les vio llegar, el nigeriano escondió el arma blanca. «¿Qué llevas ahí?», le inquirió varias veces la pareja de policías. Cuando estaban frente a frente, el hombre forcejeó con la agente y consiguió arrebatarle su pistola. Chimaobi trató de disparar varias veces pero no pudo porque no logró quitar el seguro, según las mismas fuentes. En apenas unos segundos sacó el cuchillo y atacó sin miramientos a Ángel. Le levantó parte del cuero cabelludo y le apuñaló en el hombro y la escápula (que le afectó a la pleura). Ángel avisó a sus compañeros de lo que pasaba. «¡Que me muero, que me muero!», gritó por la emisora.

Chimaobi echó a correr con las dos armas pero fue interceptado por un nuevo indicativo policial que se encontraba en la zona. Mientras, Patricia llevó a su compañero hasta el tanatorio de la M-30, donde trataron de taponarle las heridas y desde donde la agente llamó a su comisaría para explicar lo ocurrido. El Samur llegó enseguida y se llevó a Ángel en estado grave al Gregorio Marañón, donde fue intervenido de urgencia.

Sin embargo, a los dos agentes de la Unidad de Atención Ciudadana que se sumaron a la persecución (J.M.G. y R.G.M, según Europa Press) no se les dio mejor el nigeriano. Al atraparle, Chimaobi vuelve a hacerse con la pistola de uno de los agentes y les agrede con su machete. Esta vez, sí disparaba. Afortunadamente, los agentes llevaban chaleco antibalas, de lo contrario, las heridas podían haber sido mortales; al menos, en uno de ellos. Y es que el africano disparó en al menos seis ocasiones contra los agentes, que sufrieron contusiones leves por la cercanía con la que se efectuaron los disparos. Afortunadamente, un tercer indicativo policial consiguió hacerse con el africano tras encañonarle. Tras reducirle y esposarle, se lo llevaron detenido.

Varias unidades del Samur coparon la acera entre el tanatorio y la mezquita. Según una portavoz, el segundo agente lesionado es un varón de 32 años «que presentaba una herida por arma blanca en la cabeza, una contusión por hematoma en la zona del pecho» y otra herida incisa en el hemitórax derecho. Le trasladaron en estado grave al 12 de Octubre. El tercero tiene 29 años y, según las mismas fuentes, también presentaba «una herida en la cabeza» y fue trasladado al La Paz. Chimaobi, por su parte, también resultó herido durante el forcejeo y sufrió la amputación del dedo meñique de la mano derecha y la semiamputación de otro. Los agentes le llevaron a la comisaría de Ciudad Lineal, hasta donde se acercó el Samur, dado que las heridas sangraban mucho, y le trasladaron al Gregorio Marañón. La agente en prácticas, aún en «shock», colaboró con sus compañeros de Científica en la reconstrucción de los hechos. El Grupo VI de Homicidios investiga lo ocurrido.