España logra cinco embajadas de la UE

Los responsables de aplicar sobre el terreno el papeleo comunitario serán los 138 embajadores europeos del nuevo Servicio de Acción Exterior (SAE). Representarán los tentáculos diplomáticos que darán sentido práctico en cada rincón del globo a las grandes disertaciones estratégicas que decidan los Veintisiete.

La jefa de la diplomacia de la UE, Cathy Ashton, ha prometido una «significativa presencia» a todos los Estados miembros, según dice una carta enviada por su jefe de Gabinete, James Morrison, a los Estados miembros, y a la que ha tenido acceso LA RAZÓN. Sin embargo, no cabe duda de que este servicio tendrá un marcado acento español. No sólo porque de los 28 primeros nombramientos España logró colocar el mayor número de nombres, cinco representaciones. Sino, sobre todo, porque nuestro país puede conseguir asientos clave.

Entre los alcanzados brilló sobre el papel el de Alfonso Díez Torres, destinado en Buenos Aires y Carmen Cano de Lasala, quien será la «número dos» en la codiciada Embajada de Pekín. Fuentes del equipo de Ashton destacan, no obstante, que la española tiene más experiencia en China que su superior, el alemán Markus Ederer, por lo que ella será la verdadera «fontanera» de la legación.

Con una de las embajadas latinoamericanas más jugosa y los controles de la trastienda china, además de la silla de Angola, Guinea-Bissau y Namibia, las mismas fuentes europeas no tardan en alabar el trabajo realizado por el ministro Miguel Ángel Moratinos y su equipo. «España tenía los mejores candidatos», continúa el mismo portavoz, quien comenta que Italia se ha molestado por haber conseguido un número mucho inferior.

Pero otros más importantes están por llegar, ya que el círculo de Ashton considera como favorito a Fernando Valenzuela en Moscú, uno de los caballos ganadores en los que más esperanzas tiene depositadas Madrid. Y dan por seguro que la Alta Representante confirmará a Pedro Serrano como embajador ante la ONU.

Con estos puestos, y alguna sorpresa que pueda llegar, España conseguiría entre ocho y diez embajadas, lo que es considerado un resultado «muy bueno» desde el lado español. Así, los poderes de las principales sillas de la red diplomática quedarían mayoritariamente en manos ibéricas, ya que la representación de Washington (EE UU), la ostenta el portugués Joao Vale de Almeida, mano derecha del presidente de la Comisión Europea durante su estancia en Bruselas.