Investigación científica
Claves para regenerar los tendones en tiempo récord
Son una alternativa para poner fin a las lesiones crónicas que no encuentran una cura definitiva y que llevan a los atletas a abandonar la actividad física
Utilizar los propios recursos de nuestra naturaleza es el gran avance actual de la medicina para reparar el daño de nuestros tejidos. Nos referimos a la técnica cada vez más emergente y consolidada de los denominados «factores de crecimiento».
No se benefician únicamente los deportistas de élite como jugadores de tenis o fútbol, sino que este plasma rico en plaquetas, también soluciona el deterioro de tejidos como tendones, músculos o cartílagos debido al propio envejecimiento o al sobreuso.
Supone por fin una alternativa para todos aquellos pacientes que no encontraban ya solución para lesiones crónicas tendinosas o dolor o rigidez asociado a artrosis de rodillas, caderas o manos y que han pasado por todas las alternativas médicas, tratamientos farmacológicos, rehabilitadores y especializados de las unidades de dolor… y que probablemente, en una gran mayoría, se han visto obligados a abandonar su deporte favorito o se «conforman» y adaptan a padecer algún tipo de dolor todos los días.
De mano de los odontólogos, que han sido los pioneros, esta técnica se extiende en los últimos años a diferentes áreas de la medicina como la traumatología, la oftalmología, y la dermatología y se abre camino en la cardiología y la neurología, y podemos afirmar que se trata de un paso de gigante en la medicina actual.
¿Qué son?
Los factores de crecimiento son proteínas contenidas en las plaquetas de nuestra propia sangre que tienen la capacidad de acelerar la regeneración de los tejidos. La técnica es sencilla: se realiza una simple extracción de sangre y ésta se somete a centrifugación aislándose del plasma una fracción rica en plaquetas. Se activan para que se liberen las proteínas y se inyectan mediante una infiltración en las zonas a tratar. Si se emplea como guía una ecografía resulta una técnica más precisa para aquellas lesiones muy localizadas.
Los pacientes para este tipo de tratamiento lo constituyen todos aquellos con lesiones tendinosas. Hay que saber que este tipo de lesiones configuran el 45 por ciento del conjunto de todas las lesiones músculos esqueléticas y puede tratarse de una rotura parcial de un tendón o de una tendinosis degenerativa de meses de evolución. Los factores de crecimiento inducen proliferación de los tenocitos, que son las células del tendón y producen una «regeneración» de la parte lesionada del tendón.
El otro gran grupo de pacientes son los que tienen dolor o rigidez asociados a lesiones del cartílago en cualquier localización, aunque son mucho más frecuentes en articulaciones como rodillas y manos. Estimulan las actividades biológicas de los condrocitos, estimulan la producción de ácido hialurónico, mejoran la fisiología de la articulación estimulando la producción de sinoviocitos, que son las células que producen el líquido sinovial, que es de una importancia vital para el cartílago porque se nutre del líquido.
Los factores de crecimiento estimulan la neovascularización, muy importante en estructuras tan pobremente irrigadas como tendones y cartílago y que por esta razón tienen un potencial tan bajo de reparación. El protocolo consta de tres infiltraciones con intervalos de 15 días entre ellas y se aconseja reposo las primeras 24-48 horas y no reiniciar deporte hasta completar el tratamiento.
La gran ventaja que tenemos con esta nueva técnica es que es muy segura para el paciente, porque al ser «autóloga» no produce reacciones alérgicas ni secundarias a largo plazo y limitamos muy poco la vida cotidiana del paciente, sin bajas laborales ni largas interrupciones de la acividad deportiva.
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