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Una falsa alarma obliga a desalojar la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad de Nueva York fue evacuada hoy después de que se activara por error un detector de humo en uno de sus ascensores, lo que permitió a las autoridades reabrir la entrada a los visitantes del célebre monumento poco después.

Cientos de turistas que pasadas las 17.00 GMT visitaban la estatua más famosa de la Gran Manzana tuvieron que abandonar el interior del monumento al pensar sus responsables que se había producido un incendio en la estructura de "Lady Liberty", como se le conoce en Nueva York.

Según el Servicio Nacional de Parques, que controla el acceso al monumento y a la isla frente a Manhattan en la que se encuentra, uno de los sensores de humo de un ascensor resultó estar defectuoso y se activó pese a que no había humo en el interior de la estatua.

Señaló además que el desalojo se llevó a cabo sin problemas y que se pudo reabrir a las 18.40 GMT el acceso a la popular estatua de 93 metros de altura y 225 toneladas de peso.

Se especula que el detector defectuoso saltó debido al sobrecalentamiento de uno de los motores del vehículo que se utiliza para subir a la parte alta de la estructura.

El acceso a la Estatua de la Libertad se cerró después de los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, aunque en agosto del 2004 se reabrió al publico la base del monumento y bajo estrictos controles sobre el acceso a la isla, situada frente a Manhattan, en la que se ubica el monumento.

Desde el año pasado, el observatorio situado en la corona de la Estatua de la Libertad, al que se accede por una estrecha escalera en espiral de 168 peldaños, se reabrió al público y desde entonces ha recibido la visita de unas 85.000 personas.

El monumento, obra en cobre del escultor Frédéric Auguste Bartholdi, se forjó en Francia y fue transportada en barco a Nueva York, donde se instaló en 1886 como regalo del pueblo francés a Estados Unidos para conmemorar el centenario de la independencia de este país.