Lennon antes de la leyenda

Quien tras leer la sinopsis presuponga que la película de la novata Sam Taylor-Wood basada en las memorias escritas por Julia Bard, hermana de John Lennon, supone un estudio profuso sobre los inicios musicales del genio, va apañado. Porque, aun cuando esté centrada en los años adolescentes del Beatle y recuerde un par de valiosas informaciones al respecto (cómo conoció a un brillante Paul MacCartney y quién plantó en el primer Lennon aquella pasión loca por el rock), esta obra con aires de refinado «biopic» televisivo le hinca sobre todo el diente a las difíciles relaciones que mantuvo con su madre, una mujer inestable que intentó recuperar como sea el cariño de John (en este sentido el filme incluye un par de sorprendentes escenas entre ambos muy ambiguas desde el punto de vista sexual), y la severa hermana de ésta, que fue la persona que crió al muchacho. Rebelde, inconformista, carismático, tan joven, claro, tan enamorado de los nuevos tiempos que entonces iban empapando a Gran Bretaña, «Nowhere boy» acaba poco antes de que comience la leyenda. Esa parte de la historia daría para varias películas más, y quizá mucho más complejas.