Ministerio de Justicia
No hay otra salida
Al juez José Flors, instructor del caso «Gürtel» valenciano, no le va a quedar otra salida que el sobreseimiento de la causa seguida contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, por el presunto regalo de cuatro trajes. Ésa es la percepción al contemplar los documentos testificales y al analizar el talante que adjudican al magistrado las personas que le conocen. Hablan de su seriedad y rigor. Y no lo dudo, a pesar de que no entendí la convocatoria, en pleno meollo del asunto, a los periodistas con el argumento de explicar el funcionamiento del Tribunal Superior de Justicia. Pero a lo que iba. Si el rigor y la independencia le llevaron a tomar la decisión, cogida con alfileres, de la apertura de juicio, hoy a ese mismo rigor e independencia no le pueden pasar por alto todas las pruebas solicitadas más tarde por las partes, fiscal y defensa, que afirman taxativamente la imposibilidad de relacionar los pagos de los trajes de Camps con Orange Market y demás empresas de la trama. Y lo dicen los peritos de la Agencia Tributaria, a petición del fiscal, como los propuestos por la defensa. Y también personajes como el dueño de la sastrería, el segundo de Correa, Pablo Crespo, la contable Jordán y unos cuantos más. Por sí faltara algo, quedan la presunción de inocencia y el «in dubio pro reo» (ante la duda, a favor del reo). En definitiva, por más que el Ministerio fiscal intente mantener la acusación desde la politización partidista, el juez se debe a otros principios. Más aún, ni José Bono ni Manuel Chaves contaron con estas pruebas exculpatorias, todo lo contrario, y sin embargo se encontraron con la complicidad de la Fiscalía y quedaron exonerados, eso sí, sólo ante la Justicia, no ante la sociedad. Así es la vida.
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