San Francisco

Embajadora alienígena

La Razón
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El presidente Wilson, ya enfermo terminal, fue el gran valedor en1919 de la Sociedad de Naciones sobre el recuerdo de la matanza de la Gran Guerra. Era el utópico organismo que acabaría con todos los conflictos. En dos décadas Hitler, Mussolini y el general Tojo se habían retirado de la Sociedad urdiendo la Segunda Guerra Mundial. Fue sustituida en 1945, en la Conferencia de San Francisco, por la Organización de las Naciones Unidas, que debutó con la participación de Palestina originando un problema que llega hasta hoy.
Su financiación es imposible y EE UU aporta el 22% del gasto(España aporta el 2%) y exige que sus propuestas sean atendidas. La burocracia es surrealista con noventa agencias, y a la hora de la interposición, la ONU cuenta por baldones como los holocaustos de Srebrenica y los de los Grandes Lagos africanos en donde los cascos azules miraron para otro lado.
De la necesidad de reformas habla el nombramiento de la astrofísica malaya Mazlan Othman como embajadora para el Espacio para preparar los encuentros en la tercera fase. Se sabe que en el Sistema Solar sólo puede haber microorganismos y la estrella más próxima, Alfa Centauro, se encuentra a cincuenta mil años luz.
Otham se va a jubilar antes de interrogar a un extraterrestre verde y con antenas. Para las hambrunas, la ONU derrocha palabras pero puede dotarse de una nueva oficina para espiar a quienes nos espían desde los fondos inabarcables para la mente de ununiverso infinito y en expansión. Se van a meter en un agujero negro.