Cataluña
Una legislatura sin levantar cabeza
El aumento del paro es el principal fracaso de un Govern que se propuso reducirlo a la mitad
BARCELONA – ¿Cataluña está hoy mejor que hace dos años? Esta sencilla pregunta puede servir para realizar un primer balance de la legislatura que Artur Mas liquidó ayer al anunciar elecciones anticipadas. Es difícil responder que Cataluña, en efecto, ha dado pasos adelante durante los 21 últimos meses de gobierno de CiU. La economía –el principal problema de los catalanes– no ha recuperado vigor y, de hecho, el paro ha seguido aumentando desde que los nacionalistas retomaron las riendas de la Generalitat. En diciembre de 2010, cuando Mas fue investido había 562.673 desempleados registrados y una tasa de paro del 18 por ciento. El pasado mes de agosto, los desempleados eran 622.882 y la tasa del 22 por ciento.
La evolución del PIB catalán confirma que Cataluña no levanta cabeza, ya que la tasa interanual de 2012 acumula un descenso del 1,1 por ciento debido, sobre todo, a la contracción del consumo interno y a la insuficiente actividad de la industria, la construcción y los servicios. Las únicas luces en este panorama sombrío que se pueden anotar son las relativas al sector exterior y al turismo.
El estado del bienestar, por supuesto, también ha experimentado retrocesos debido a los severos recortes que ha aplicado el gobierno de CiU para intentar ajustarse a los objetivos de déficit marcados por el Gobierno. El consuelo de Mas es que asegura que no se han traspasado las «líneas rojas» de las políticas sociales, de bienestar y de igualdad. Pero la contestación social pone en evidencia que, en ocasiones, no ha sido así. Menos maestros dan clases a más niños, no hay nuevas convocatorias para reponer a los médicos que abandonan el sistema sanitario y las entidades sociales afrontan problemas más graves con menos recursos.
Tampoco el balance legislativo ofrece avances significativos, aunque el Govern –apoyado por el PP en este sentido– sí que se ha prestado a adelgazar organismos como la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) y el Consell Audiosivual de Catalunya (CAC).
No obstante, la lista de empresas públicas continúa siendo ingente, tal y como ha reconocido el propio Govern. Hace no muchas semanas, la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, reconoció que había que afrontar más despidos y reducciones de entes públicos en un sector que CiU considera «sobredimensionado» pero que no ha reducido con toda la determinación que imponía el contexto.
Si de algo piensa presumir el Govern es del as que se sacó de la manga tras no haber podido atraer el proyecto de Eurovegas a Cataluña. Con el anuncio de Barcelona World –una inversión de 5.000 millones en la Costa Daurada–, Mas ha querido compensar el fracaso de no haber persuadido a Sheldon Adelson para instalar Eurovegas en el Baix Llobregat.
De lo que no hay duda es que el discurso nacionalista ha ido en aumento hasta el punto de que ha acabado abrazando las tesis independentistas. Éste es el cambio más significativo de un gobierno de CiU que comenzó haciendo recortes y que ha acabado envuelto en la bandera «estelada»
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