Colonia

De Madrid al cielo

«¡Esperemos que vengáis con energías!». La bienvenida brindada por los presentadores de la fiesta previa a la Misa de Acogida no fue una simple formalidad. Era necesaria la energía que sólo brinda la juventud para fundirse en la marea multicolor que cubría Madrid desde Cibeles hasta la Puerta de Alcalá: al menos 35 grados a la sombra y ni una nube sobre el cielo.

Un grupo de peregrinos en la fiesta previa a la Misa de acogida
Un grupo de peregrinos en la fiesta previa a la Misa de acogidalarazon

Porque el acto fue sólo un aperitivo de lo que está por venir, pero también abrió una espita: la de la juventud mundial, que ha tomado la capital.

Javi Nieves, del programa «Buenos días, Javi Nieves» y Eva Janosikova, voluntaria de la JMJ, condujeron una fiesta tan musical como multicultural. Un saludo en varios idiomas por parte de los voluntarios dejó en evidencia que Iberoamérica ganó por goleada. Catherine, una joven de Venezuela, fue la encargada de darles las bienvenidas. Hubo aplausos, pero fue el recuerdo a Juan Pablo II, «inventor» de la JMJ, donde la comunión del público era absoluta. Cada recuerdo a su persona desembocaba en un torrente de aplausos.

Mientras, Angela y Diana, dos adolescentes de EE UU, todavía se ubicaban. «Hemos venido a vivir nuestra fe, pero también a apoyar al Santo Padre, por todo lo que está haciendo», decía Angela. «¡Manos, manos!», gritaba un grupo de españoles. No para que las levantaran en señal de júbilo, sino para que no las soltaran unos de otros. No era difícil perderse en el torbellino. Ni quemarse.

Crema indispensable

La crema protectora era más indispensable que la guía del peregrino. En peligro se encontraba Dorothee, alemana de Colonia cuyo tono pelirrojo la hacía especialmente sensible al sol. «Para mí es realmente peligroso», decía. Junto a su amigo Marco, que vive su segunda JMJ, coincidían en que «aquí no hay nacionalidades: sólo una gran familia de celebración, viviendo su fe común y cantando juntos».

Mientras, Catia, italiana de 23 años, se erigió en portavoz de su grupo para hablar con la Prensa. Agradeció la acogida que les ha brindado Madrid, pidió perdón por su inglés y recibió una merecida ovación por parte de sus amigos. «Ha sido muy emocionante ver a la Iglesia unida en torno a tantos jóvenes. Aún quedan jóvenes católicos», dice José Vicente, de 20 años, que forma parte de un grupo de 200 chicos de Murcia. ¿Y cómo va a acabar el día un peregrino? «Iremos a dar un paseo, a cenar, ver algún acto cultural y, después, a recogerse. Mañana nos espera un día muy duro».


«¡VAMOS, CON FUERZA!»

El grupo Jaula de Grillos dio el pequeño empujón que la fiesta necesitaba para despegar. Su tema «Somos más», uno de los himnos no oficiales de la JMJ con más tirón, fue la primera canción que sonó, seguido de Jaime Holguín y los malagueños Ixthys. El veterano de la música cristiana Nico Montero fue el que más palmas arrancó. «¡Vamos, con fuerza, quiero escucharos! ¡Cantemos al Dios de la vida!». Con menos marcha, pero con mucho estilo, el grupo de sacerdotes Priests Band cerró la fiesta previa con un emotivo «Ave María».