Estados Unidos
Hawking y universo por Ramón TAMAMES
El pasado domingo, 29 de enero, en el diario «El Mundo», Luis María Anson se refería a unas recientes manifestaciones de Stephen Hawking, según las cuales, para asegurar la pervivencia de las especie humana, tendríamos que salir del planeta Tierra, superando los límites del sistema solar antes de cien años. Una idea a la que pueden presentarse algunas observaciones, por la dificultad del referido empeño.
¿Adónde iríamos si efectivamente hubiéramos de dejar el planeta azul? En la Luna ya pusieron pie los astronautas estadounidenses en 1969, y es posible que para 2020 se inicie allí la construcción de una base espacial china; o que se anticipe a ella Estados Unidos, si llega a presidente Newt Gingrich, quien ya está hablando, en las primarias norteamericanas, de hacer de la Luna el estado número 51 de la Unión...
Pero una cosa es afincarnos en la plateada Selene, o incluso en el rojo Marte, y otra bien distinta sería trasponer los confines del sistema solar. Por la sencilla razón de que el cuerpo celeste más próximo es la estrella Alfa de Centauro, a cuatro millones de años luz, donde nadie podría posarse, puesto que como el Sol es un ardiente globo de gas. Habría que ir mucho más lejos, para encontrar los ahora llamados planetas keplerianos, de los que algunos se ubican a cientos de millones de años luz.
Para superar esa distancia, se dice que cabría navegar por los «agujeros de gusano», a velocidades incluso superiores a las de la luz. Pero materializar ese sueño, hoy por hoy y tal vez mañana, resulta imposible. Además si alcanzáramos uno de esos planetas habitables: ¿existiría realmente al llegar? Y aún más: ¿si quisiéramos volver a la Tierra, estaría donde se hubiera dejado en el universo conocido?
Todo lo anterior, con mis saludos para Anson y Hawking.
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