India

La realidad se esconde tras la magia en el circo

Los animales viajan en pequeñas jaulas y, en ocasiones, drogados

La realidad se esconde tras la magia en el circo
La realidad se esconde tras la magia en el circolarazon

Fue la Antigua Roma la que puso nombre al circo y los juglares de la Edad Media los que lo llenaron con payasos, animales y malabaristas. Un espectáculo histórico que esconde duras horas de entrenamiento para unos animales que no nacieron con el fin de divertir a la gente.

Los circos viajan de ciudad en ciudad recorriendo grandes distancias sin poder atender las necesidades naturales de los animales. «Las paradas son escasas y muchas veces conviven con sus propios excrementos. Los tigres viajan en jaulas de 2x3 metros y los elefantes son atados a las patas por cadenas metálicas para evitar que se muevan durante el trayecto» afirma Aida Gascón, directora de Animaturalis (Organización Internacional para la Defensa de los Animales ).

Al llegar a su destino, el pueblo y la ciudad se adornan con panfletos que anuncian el espectáculo que está a punto de comenzar. Mientras los niños sueñan con ver al oso malabarista o al león motorista los animales comienzan su dura sumisión. Muchas asociaciones protectoras se quejan por la forma de entrenar a los animales. Según ellos se usan cuerdas, collares, bozales o látigos para conseguir que obedezcan. Otra queja común es el trato que reciben las especies más agresivas; como los tigres y leones a los que a veces se droga para adormilarles y conseguir que sean más «dóciles» en las actuaciones.

La UNESCO estableció en 1978 la Declaración Universal de los Derechos del Animal donde se prohíbe su explotación con el fin de divertir al hombre, pero la realidad es distinta. «En España se controlan los papeles para ver si el circo es legal; pero nadie hace una investigación para ver el estado de los animales, entre otras cosas porque el Seprona no es el veterinario» denuncia Aida.

Paises como Suecia , Inglaterra, Dinamarca , Suiza o India prohiben desde hace tiempo espectáculos circenses con animales salvajes . En este momento, España cuenta con 39 municipios que también los rechazan. Por Comunidades Autónomas Cataluña encabeza la lista.

La aparición de espectáculos como el que ofrece el Circo del Sol o el Circo Imperial Chino, que no usan animales, va adquiriendo gran importancia. El siglo XXI trae de la mano un nuevo modelo de actuaciones en el que nadie sufre y brilla con luz propia la mágia del circo.


El mercado de los animales
La mayoría de los animales empleados en los circos han sido secuestrados de su medio natural; bien de forma directa por los dueños o mediante la compra a mafias. Después del tráfico de drogas y de armas, el de fauna es el tercer negocio en el mundo por el volumen de dinero que maneja. Según la página web amigos de la tierra alrededor de un 50% de los animales muere antes de llegar a ser vendido y sólo 1 de cada 10 llega vivo a su destino. Esto implica que se adquieran grandes cantidades de animales. Un negocio que mueve más de 4.000 millones de dólares al año.