Sensación de poder por Inmaculada MONTALBÁN

Nos preguntamos por qué algunos jóvenes reproducen comportamientos típicamente machistas, propios de una historia que ha mantenido a las mujeres en una posición de inferioridad y que, al menos formalmente, quedó clausurada hace 32 años con la Constitución.Nos preguntamos por qué estos jóvenes siguen utilizando la violencia contra las mujeres que comparten su vida, cuando se supone que éstas han adquirido una posición de igualdad tras las reformas legales y su incorporación al mundo laboral.Son interrogantes que surgen al estudiar los datos del Observatorio contra la Violencia de Género: nos dicen que las jóvenes están sobrerepresentadas entre las mujeres que mueren a manos de sus parejas.Si detectamos que, a pesar de los mensajes institucionales y sociales de igualdad en derechos, subsiste este afán de dominación sobre la mujer, resulta evidente que junto a avances indiscutibles cuyas medidas han de mantenerse (como son los juzgados especializados) existen nuevos riesgos que hay que abordar desde la prevención.Subsisten corrientes, a veces subliminales, que transmiten la idea de la mujer como objeto de consumo cuya utilización aporta una placentera sensación de poder. Sabemos que, en general, la sensibilidad y la actitud combativa de las mujeres frente al sexismo son mayores que entre los hombres. El rechazo masculino al sexismo parece ser a veces demasiado superficial, sin llegar a incorporarlo a la identidad y así poder sostenerlo en las situaciones críticas.Los anuncios que ofrecen contactos constituyen una de esas corrientes sumergidas. Presentan a las mujeres como objeto de compraventa, soslayan que la mayoría de ellas se halla en una situación de vulnerabilidad y ocultan que muchas son víctimas de las mafias organizadas.Si una de las propuestas para reducir la violencia contra las mujeres en la juventud es la de incrementar la influencia de la escuela y evitar los contenidos sexistas en los medios de comunicación, la supresión de los anuncios de contactos sin duda es una buena medida y las empresas que la adoptan muestran su compromiso con este problema social que tanto sufrimiento causa a las mujeres y a sus hijos.Reconocer la importancia de la educación no es suficiente. Para cambiar un modelo basado en el dominio/sumisión por otro democrático basado en la igualdad necesitamos acciones concretas. La supresión de los anuncios de contactos sexuales es una de ellas. Un dique más para detener el sexismo.

Inmaculada MONTALBÁNPresidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género