Conciliación

La hora de las mujeres por Cristina L Schlichting

La Razón
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Lo que importan son las madres y los hijos. Es doloroso que a estas alturas se ignoren las causas profundas del aborto. La sociedad impide a las mujeres su derecho a la maternidad cada vez que les niega ayuda en una situación límite, cada vez que les dificulta acceder al mercado laboral por estar embarazadas, cada vez que las estigmatiza por ser madres solteras. Basta ya. Es hora de hablar del síndrome post aborto y del drama de quienes, años después de pasar por quirófano, siguen soñando con sus bebés.

La Ley Aído ha supuesto un brutal paso atrás, con la consagración del aborto como un supuesto derecho. Menudo derecho. Que se lo queden. El aborto libre hasta las catorce semanas (y hasta el último día de embarazo en caso de enfermedad del feto) deja a la mujer sola ante su problema. Exime a la sociedad de ayudarla y apoyarla. Eso sí, garantiza pingües beneficios a las clínicas.

La ley de plazos reconocía, al menos, el derecho a la vida que consagra la Constitución, y se limitaba a despenalizar los casos de violación, riesgo para la vida de la madre o enfermedad del feto. Como ha señalado Gallardón, la última y escandalosa Ley del Aborto (rechazada, según las encuestas, por el 51 por 100 de los españoles), no sólo condena a las adolescentes a afrontar el aborto sin la ayuda de sus padres, es que además conculca la doctrina del Tribunal Constitucional. El Gobierno responde con este anuncio a la demanda social y cumple la promesa pública de Soraya Sáenz de Santamaría de revocar una ley injusta.