Prevención
Antídotos antiradiación por José Antonio VERA
La ruptura de un átomo para producir energía libera partículas errantes que son peligrosas para cualquier ser vivo y que se conocen con el nombre de radiactividad. De largo tiempo de existencia, algunos isótopos como el kripton, el tritio o el estroncio son radiactivos durante 10, 12 y 28 años respectivamente, y otros, como el plutonio o el uranio-235, lo son durante 24.000 y 713 millones de años en cada caso. De todos los componentes radiactivos, dos son principalmente los que más suelen contaminar a las personas. Como es lógico, la exposición cercana de manera directa genera problemas de inmediato en quienes la sufren. Pero la exposición a distancia también puede crear dificultades asociadas a la absorción por los seres vivos del estroncio 90 y el yodo 131.
Ambos son tóxicos y generan contaminación a través de los alimentos expuestos a ellos. Son de fácil absorción por el organismo y se concentran básicamente en los huesos (el estroncio) o en la glándula tiroides (el yodo radiactivo). Este último causa cáncer de tiroides y el anterior óseo. Para evitar que el yodo radiactivo se fije conviene saturar con yodo orgánico natural la presencia de este elemento en el citado órgano tiroideo. El problema es que un exceso de yodo orgánico también puede causar dificultades que se manifiestan en forma de sobrexcitación, sudores, altibajos, depresiones y desequilibrios en general. De ahí que se ponga más el acento en los suministradores de yodo natural que en, por ejemplo, la tintura de yodo. Asegura Marc Ams que, de todos ellos, probablemente es el alga kelp el más seguro, igual que las algas que contienen alginato de sodio las más eficaces para reducir la absorción del estroncio 90 por el organismo hasta en un 80 por ciento su cantidad. El alginato es una sustancia no tóxica extraída de las algas marrones gigantes del océano Pacífico, que puede eliminar de manera segura de nuestro cuerpo el estroncio radiactivo con sólo añadir a la dieta un aditivo de algina. El alga kelp es un protector específico contra la contaminación radiactiva del yodo 131. Por fortuna el yodo radiactivo es fácilmente excretado si la tiroides no necesita yodo por estar saturada del mismo.
Lo importante es encontrar una buena suministración de yodo orgánico que no genere problemas añadidos, y usar kelp es probablemente una de las mejores maneras de hacerlo. El ácido nicotínico, administrado de forma continuada y gradual, ayuda a eliminar la radiación y además se hace resistente frente a la misma. Otros suplementos eficaces son la pectina de manzana y la rutina, bioflavonoide o vitamina P que ha sido probado contra la radicación de menor intensidad provocada por los rayos X, o el polen, suplemento alimenticio obligado en aquellas personas sometidas a radioterapia, y el propóleo y la remolacha roja, ambos preventivos sobre los efectos perjudiciales de las radiaciones.
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