San Lorenzo
Nuria Barrera / Pintora: «Mi marido me dice que soy una ‘jartible' de la Semana Santa»
El Consejo le ha encargado la relización del cartel de la Semana Santa de 2013 n La pregunta que más le han hecho en los últimos días es si va a pintar a la Esperanza, ya que pertenece a la Macarena
SEVILLa- El Consejo de Hermandades y Cofradías ha elegido a Nuria Barrera (Carmona, 1972) para que realice el cartel de la Semana Santa 2013. Con este anuncio, se desvela la primera de las incógnitas que depara el otoño cofradiero. La siguiente es el nombre del pregonero, aunque parece que todo quedará en las estrechas paredes de Luchana. Barrera ya se dio a conocer en el mundo de las cofradías al pintar varios carteles para diversas hermandades, entre los que destacan los dedicados al Cachorro y a la Macarena, de la que es miembro. Asegura que su estilo pictórico se caracteriza por el costumbrismo y por el uso del óleo como técnica. Aún no tiene decidido cuál será el motivo de la obra que tendrá que anunciar la Semana Santa de Sevilla.
–¿Cómo recibió el nombramiento del Consejo? ¿Se lo esperaba?
–Ha sido una sorpresa, aunque desde este verano se escuchaba mi nombre, pero hasta que no se recibe la llamada no es nada concluyente. Estoy muy ilusionada.
–Antes ya había hecho varias obras para las hermandades de Sevilla.
–Sí, llevo muchos años, por una causa u otra, haciendo cositas, colaborando con la hermandad del Silencio, Dulce Nombre, o el cartel de la bendición de la basílica del Cachorro, que es algo histórico. Creo que éste fue una especie de salto en el mundo de las cofradías para que me encargaran el de la Semana Santa, porque tuvo mucha y buena aceptación.
–¿Cómo describiría su manera de entender la pintura?
–Soy una admiradora de los impresionistas y creo que es muy importante que mi pincelada vibre. Que el color y la luz tengan una importancia máxima. Me gusta mucho el costumbrismo, aunque hoy en día se diga que este género es sólo pintura de tiempos pasados, pero no es así. Hoy en día las calles de Sevilla o de cualquier ciudad nos ofrecen muchos mensajes, por lo que me gusta mucho contar el paisaje y la vida que hay en ellas. Por eso hay mucho movimiento en mi obra siempre. Es algo que me interesa, captar el momento.
–De todas formas, un cartel es algo muy distinto de un cuadro, ¿no cree?
–Es un anuncio de algo, es un grito en la pared. Aquí hablamos de representar una semana con todas sus hermandades y todo lo que ello conlleva. Además, será el Año de la Fe, de manera que tiene que llevar un mensaje importante en unos centímetros cuadrados limitados, que no dan lugar a mucho. Ahí es donde está la dificultad y el trabajo que hay que poner en él.
–¿Qué significa para usted la Semana Santa de Sevilla?
–Es una semana, como cofrade, maravillosa, aunque también me gusta mucho vivir la Cuaresma, que tiene momentos impresionantes. Hago mi estación de penitencia y soy una gran admiradora tanto de lo artístico como de los sentimientos que se expresan esos días en la calle.
–En los últimos años ha habido una evolución en la estética del cartel. ¿Tiene preferencia por alguno de ellos?
–Es cierto que hay algunos que te llegan más que otros. Me gustan muchos, pero entre ellos destacaría el del Maireles, con el ojo de la Macarena. Simple pero con muchísimo mensaje y sólo tres lágrimas. Un ojo, pero reconocible por todos y que cuenta muchas cosas.
–Ha dicho que está muy «metida» en el mundo de la Semana Santa. Sea sincera, ¿qué es lo que más le han preguntado?
–Como hermana de la Macarena, lo que más me han preguntado es si voy a pintar a la Esperanza.
–¿Y esa pregunta tiene respuesta?
–No, claro (risas).
–Algo habrá pensado.
–Está claro que tengo mis ideas, pero queda tiempo para ir madurando lo que haré.
–¿Lo ha empezado ya o sigue pensando todavía?
–Tengo muchas cosas en la cabeza, pero primero tengo que pasarlas al papel y luego al lienzo.
–¿El cartel de la Semana Santa hay que pagarlo o hacerlo gratis?
–¡Uy! Esa pregunta cada vez que me la hacen trato de escaquearme. Creo que se trata de un regalo que hace el Consejo, un honor y está en la voluntad de cada artista el hacerlo o no hacerlo. Para mí es un honor, lo digo a boca llena, y creo que soy una privilegiada.
–Además de la Macarena, ¿qué otras imágenes le impactan?
–Hay muchísimas como el Silencio, Gran Poder, es un templo andante para mí el paso de la Amargura..., es tremendo lo mucho que hay que decir. Creo que es muy difícil resumir y saber qué es lo que se quiere representar.
–No tiene que ser una imagen la protagonista...
–Es verdad, eso es importante. El cartel no tiene que ser una imagen por obligación, puede ser un detalle también.
–¿Cómo vive la Semana Santa?
–Lo hago con mucha intensidad, aunque yo la vivo todo el año. Mi marido me dice que soy una «jartible» de la Semana Santa. El tiempo de Cuaresma me parece muy bonito y este de glorias también. Las vísperas pueden ser incluso más bonitas que los días santos. La disfruto tanto en la calle como en el ámbito de lo familiar.
–Como todos, tendrá sus momentos que tienen mucho que ver con la estética de la Semana Santa.
–Por supuesto, hay muchos momentos como la salida de las Penas de San Vicente, que tiene un paso de palio hermosísimo, la vuelta de la Virgen de las Aguas hacia el Museo o la recogida de la Bofetá en San Lorenzo. Es complicado, pero son muchos los momentos con los que me podría quedar de esos días.
–No hará sólo el cartel para los cofrades de Sevilla..., se verá fuera de la ciudad.
–Para nada, soy consciente de la repercusión que tiene fuera de Sevilla como reclamo para que los turistas vengan a la ciudad. Es una responsabilidad que tengo desde el principio y no puede ser sólo una obra de recorrido local, tiene que comunicar fuera de Sevilla.
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