Una semana después

Por fin se deshojó la rosa, pero una rosa sin pétalos es un tallo lleno de espinas. No sé si Zapatero era consciente de las consecuencias que tendría hacer pública su decisión de no repetir a poco más de treinta días de unas elecciones. A las previsibles luchas internas hay que añadir la incertidumbre en la que ha sumido el país. ¿Quién lidera el PSOE en estos momentos? Chaves, obviamente, no. Bastante tiene con el lío de su hijo Iván, que mira por dónde nos hemos enterado que es comisionista de profesión, y la guerra abierta con el actual presidente de la Junta. ¿Y Zapatero?, ¿sigue liderando el partido? Parece que tampoco. Porque al día siguiente del anuncio, Rubalcaba y Chacón ya eran aclamados presidentes por las bases socialistas. Y muchos simpatizantes le decían a Blanco «Pepe ahora sí que vamos a remontar». El desapego hacia ZP es de tal magnitud que sólo le queda el cariño del presidente cántabro, aunque desconocemos si este afecto es por estar en la cresta de la ola o porque pretende concursar a las primarias. Hay un viejo refrán que dice a perro flaco todo son pulgas. Pero mientras asistimos atónitos a este espectáculo, el paro sigue subiendo, se rebajan las expectativas de crecimiento y el Banco de España nos habla de más ajustes. ¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguien gobernando?