Risa de primarias

Sería como para reír sin parar si no fuera por la gravedad de la situación de España. Estos listos del PSOE, expertos en dar lecciones de todo, incluido por supuesto de democracia, pretenden que nos traguemos que Rubalcaba va a ser elegido en un proceso abierto de primarias, cuando en realidad se trata de una designación a dedo descarada, con maniobras soterradas para liquidar a la candidata alternativa, Carme Chacon, dejando la democracia interna a la altura del zapato. No se podía esperar otra cosa de tales especialistas en manipular la jornada de reflexión, en negociar con Eta bajo cuerda y en meter al partido de la banda terrorista en las instituciones echándole la culpa a los jueces. Estos cerebros del chivatazo se jactan en privado de «saberlo todo sobre todos». Personajes así es evidente que maniobrarían para evitar el enfrentamiento con quienes pudieran desbancarles. Así lo ha hecho Rubalcaba. De tal manera, con tanta eficacia, que colocó a Zapatero en la disyuntiva de dimitir como presidente del Gobierno si no retiraba a Chacón de la disputa interna. Rubalcaba ha ganado como tiene por costumbre: en las cloacas, haciendo lo que mejor se le da, o sea, conspirar. A partir de hoy es ya el auténtico presidente del Gobierno. Zapatero no es más que su principal marioneta. Un hombre derrotado en las urnas y humillado por su propio vicepresidente, a quien otrora rescató del felipismo y le fue dando cuotas de poder sin darse cuenta de que se transformaría en su principal enemigo. En realidad se lo tenía merecido. Un error más de quien, tras la debacle del 22, podía haber dimitido y haberse ahorrado el bochorno de esta pantomima, presuntamente democrática, que sólo mueve a la indignación y a la risa. Indignación porque nos consideran tontos. Y risa porque no puede uno más que reírse ante semejante patochada. Le llaman primarias a lo que no es más que una designación «a dedo», igual o parecida a la que tanto le criticaron a Aznar con relación a Rajoy. Solo que en aquel caso se hizo de manera abierta, sin engañar a la gente con argumentos falaces como que estamos ante unas primarias. Si no fuera por la gravedad del caso, estaríamos soltando carcajadas sin parar durante todo el fin de semana.