Estados Unidos
Nos enseñó a todos por Antonio López
Ha muerto Antoni Tàpies: que los siglos valoren su obra. Que sea el tiempo quien juzgue su trabajo. Que sea el tiempo el que muestre su huella. Yo sólo puedo dar el testimonio de una persona a la que siempre tuve en cuenta. Siempre he admirado su trabajo porque su irrupción supuso para todos un golpe de luz. Lo que ha significado para el arte español y universal ha sido mucho. Su forma de expresarse, sincera, profunda, misteriosa, es una señal de su larga trayectoria. No nos damos cuenta de su importancia hasta que recibimos los ecos de influencia desde Europa o Estados Unidos.
Chillida y Tàpies, dos artistas de semejanzas y parecidas inspiraciones espirituales, han sido los dos grandes. Marcaron una época y situaron al arte español en un nivel muy alto, a una profundidad a la que sólo los poetas podían asomarse. Los dos triunfaron pronto, fueron reconocidos y pudieron realizar una obra desde el silencio.
A Antoni Tàpies lo admiro desde que vi, siendo yo estudiante en la Academia de San Fernando –creo que era el año 1952–, en la Bienal Hispanoamericana, un cuadro figurativo, con restos de aquel surrealismo que traían los de Dau al Set, con una imagen mágica que se me quedó grabada. Me produjo un impacto enorme. Creo que son de esas visiones que luego van dejando un poso. Así que puedo decir que Tàpies, desde su abstracción, influyó a un pintor realista, como así me denominan, porque ahora, en ese momento, siento que todas las barreras de la creación artística quedan difuminadas por la fuerza del hombre que trabaja y busca en la oscuridad o en la luz, qué más da, de nuestras vidas. El artista quiere expresar lo que otros todavía no han visto.
Sí, Antoni Tàpies nos marcó espacios de la pintura que no habíamos visto aún. Atreverse a mirar sin miedo. Observar el mundo en su grandeza y sus minucias. En lo grande y lo pequeño. Abrir ventanas. Sentir la belleza. Y sí, me sentía cercano a ese mundo.
Fue un artista admirado, y digo admirado, por la sociedad. Admirado porque el arte sigue despertando resquemores... Eso es ser afortunado. Ser querido en tu tierra no es fácil, ya sabemos esas traiciones inconfesables hacia los nuestros. Pero él supo estar unido a su tierra, a una cultura vieja y sabia. Eso ocurre pocas veces: quizá con Dalí o Sorolla. Pero dentro del arte moderno es más difícil. Con Tàpies se ha cumplido. Y además se ha cumplido algo que nos debe llevar a la reflexión: es el papel que debe tener el artista en la sociedad. Tàpies ha ocupado uno grande.
Insisto en que hablo del papel del artista en nuestra sociedad, en nuestra vidas. Ha tenido una vida plena, dedicada sin tregua a la pintura, disfrutando del arte, y no hay que estar tristes por esta pérdida, porque su vida se ha cumplido. Su vida ha llegado al final. Y permanecerá.
Antonio López
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