Mas rebaja las expectativas de su reunión con Rajoy

BARCELONA– «Bien, excursionistas, arriba, despertad y no olvidéis los descansos porque hoy hace mucho frío». Con esta frase se despertaba cada día Bill Murray a las seis de la mañana en «Atrapado en el tiempo», la película en la que revivía el día de la marmota que, precisamente, se celebra mañana. El portavoz del Govern, Francesc Homs, rescató ayer la pesadilla de Murray para ilustrar que la Generalitat no quiere afrontar la reunión que tendrán hoy Artur Mas y Mariano Rajoy con expectativas de obtener compromisos que luego no se cumplen, porque está «harta» de promesas incumplidas.

Un día después de que la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, tanteara a su homóloga, Soraya Sáenz de Santamaría, sobre los acuerdos a los que podían llegar Mas y Rajoy en su primera reunión institucional, el Govern rebajó las expectativas.

Homs alegó que como «no queremos convertir la reunión en un festival de reproches», el objetivo será pedir «lealtad institucional». Aunque tras esta «lealtad institucional» se esconde el compromiso para que el Gobierno pague las deudas que tiene con la Generalitat, Homs evitó hablar de los 759 millones de euros que el Estado adeuda a Cataluña en concepto de infraestructuras no construidas y de los 1.400 millones del fondo de competitividad.

Mas acudirá a la Moncloa con una agenda sin grandes pretensiones, consciente de la situación económica. Planteará un compromiso en favor de las reformas estructurales necesarias para impulsar la economía, reclamará que las políticas de austeridad se hagan extensibles al resto de autonomías y pondrá sobre la mesa el pacto fiscal con el objetivo de establecer un clima de «trabajo».