Libros
Leer leer y leer
Un consejo: leer, leer y leer. Sobre todo con atención. Con tiempo y con pausas. Algo que no parece tarea fácil, en semejante trajín de velocidad y aturdimiento. Pero esencial, en medio de este sinvivir tan infecundo. No se equivoca el señor Don Miguel de Cervantes, cuando advierte: «sólo el que viaja y el que lee es el que conoce y el que sabe». Pero nos enfrentamos a un segundo problema: ¿qué leer? Ya lo anticipaba Chamfort: «la mayor parte de los libros del presente tienen el aire de haber sido escritos en un día, con los libros leídos la víspera». La literatura no sólo se alimenta de literatura, sino también de pensamiento, ciencia y de todas las ramas del saber. Definitivamente pensar, lo que se dice pensar con la cabeza, y con la propia a ser posible, no se lleva. Hablo en términos generales, claro. Pero lo cierto es que todo lo que requiera elaboración y esfuerzo tiene mal cartel. Y así ni modo. Pero el caso es que leer resulta esencial, para que pueda darse cualquier crecimiento en una sociedad o en la raza humana. O así al menos me lo parece a mí. Y que se compren libros no quiere decir que se lea. Pues eso, que nos la suda la lectura. Nos la repampinfla el pensar y el sentir profundos, a través de la íntima conversación con los libros, como el primer mandamiento para educarse en los asideros del vivir. En la madurez emocional y moral.
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