Psiquiatría
Dormir dormir tal vez roncar
Si uno no duerme, la vida más bella se convierte en la más inhóspita y todos los anhelos acaban transformados en iras. Si uno no duerme, aflora lo peor de uno mismo y revierte sobre los demás sin remedio. Pero, ¿por qué no se duerme? Ojalá el mito de la conciencia graduara el sueño y los limpios de corazón y de alma pudieran dormir plácidamente. Por desgracia la vida no es tan justa, al menos a este lado de la eternidad, y no es la conciencia la que gradúa el sueño sino las hormonas, los recién nacidos, el estrés, los ronquidos… Aunque si algún varón anda leyendo este artículo, seguramente no lo habrá notado, lo cierto es que, determinados los motivos más frecuentes –aunque haya muchísimos más–, de nuevo las mujeres somos las más afectadas. Sí, porque las hormonas desde que hacen su aparición hasta que se retiran nos tienen en un sin vivir, porque en cuanto nacen los hijos dormimos con un ojo abierto como los perros, porque somos las que más acusamos el estrés en un siglo de supermujeres y porque, desafortunadamente, todos nuestros hombres roncan: los delgados y los obesos, los bellos y los feos , los buenos y los malos, los inteligentes y los obtusos… ¿Qué hacer? Hay que tomar decisiones y saber que no se ama más ni mejor compartiendo cama y que la falta de sueño puede acabar con las neuronas y con el mayor de los amores que, por otra parte, si es verdadero, resistirá la distancia de una pared, o incluso de dos… O de las que hagan falta para mitigar el torturante sonido de los ronquidos.
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