Valencia
Una de cada diez menores va a abortar sin sus padres
La cifra de intervenciones se mantiene pese al descenso de embarazos y la bajada del número de inmigrantes
«Casi siempre son inmigrantes que no tienen a sus padres con ellas en España, o adolescentes de familias desestructuradas. A veces, el embarazo es fruto de una violación, incluso de miembros de su familia». Así justifican desde la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) que las menores de 16 y 17 años puedan abortar sin el consentimiento ni el conocimiento de sus padres.
Pero si hay sospechas de que las jóvenes han sido víctimas de la violencia, la obligación de los servicios médicos –también de las clínicas abortistas– es informar a la Policía. «Bueno, sí, pero a veces no está claro...También hay chicas que tienen un miedo patológico a sus padres. No es tarea nuestra averiguarlo», zanja la portavoz de ACAI. De un modo u otro, al menos dos centenares de menores han abortado ya en España sin que sus padres se enteren. Así lo demuestran los propios datos de ACAI, que agrupa a una treintena de los principales centros donde se practican abortos en España, y los primeros datos de las comunidades autónomas sobre las interrupciones del embarazo en 2010, el primer año en que ha estado en vigor la llamada «ley Aído».
En ACAI aseguran que «entre el 80 y el 90 por ciento» de las menores que acuden a abortar lo hacen acompañadas. Así que al menos un 10 por ciento va sin sus padres. No es posible saber cuántas pacientes pasaron por los centros de ACAI el año pasado, pues es el Ministerio de Sanidad quien maneja todos los datos sobre abortos y quien retrasa o adelanta su publicación en función de los intereses de cada momento. Pero, teniendo en cuenta los primeros datos de siete comunidades, parece que las cifras de 2010 serán similares a los de 2009, cuando se produjeron 11.482 intervenciones. De ellas, 13.511 correspondieron a jóvenes de 15 a 19 años.
Una vez más, Sanidad hace imposible saber cuántas de estas pacientes son menores, pero se puede calcular que algo menos de la mitad tendrían 16 y 17 años. Pudieron ser 5.000. Si la mitad abortó después de la entrada en vigor de la ley (en el mes de julio), significaría que unas 250 menores acudieron a poner fin a su embarazo sin que sus padres las acompañaran ni lo supieran. De hecho, LA RAZÓN ya adelantó que en las primeras semanas de entrada en vigor de la ley las clínicas registraron el primer caso de una menor que abortó sin comunicárselo a su familia: fue una joven de 17 años de Barcelona que alegó un «grave conflicto» para no informar a su familia. La clínica dio crédito a su testimonio y no hizo más preguntas.
Es la estimación más aproximada que puede hacerse, pues Sanidad se encarga de que los datos no salgan a la luz hasta un año después de recogidos, y siempre con ambigüedades como la referida a las edades. Lo que sí parece claro es que en el primer año de entrada en vigor de la ley la cifra de abortos, al menos, se mantendrá. Y eso a pesar del descenso de embarazos y nacimientos.
Las comunidades de Valencia, Madrid, Cataluña, Andalucía, Murcia, Asturias y Canarias ya han recopilado sus datos, a los que ha tenido acceso este periódico. En cinco de las siete comunidades las interrupciones del embarazo han aumentado. Sólo en Cataluña y en la Comunidad Valenciana han disminuido, aunque en la primera el descenso ha sido acusado, del 6,17 por ciento.
Aumentos llamativos
Probablemente este dato será el que evite que la cifra se dispare. Sin embargo, otras autonomías, como Asturias y Canarias, han registrado aumentos superiores al 7 por ciento. En el resto, las bajadas o subidas han sido poco significativas. Entre las siete comunidades que ya han enviado al Ministerio sus datos están las más grandes –Madrid, Andalucía, Cataluña y Valencia–, y las cifras disponibles abarcan cerca del 80 por ciento de los abortos que se practican. Por ello, el Instituto de Política Familiar ha hecho una extrapolación, de acuerdo con la cual en 2010 se habrían producido 110.679 abortos. Se trata de una cifra muy similar a la del año pasado, aunque algo inferior. Sin embargo, es superior si se atiende al porcentaje de embarazos que terminan en aborto, que pasaría del 18,38 por ciento al 18,61.
Más píldoras poscoitales
Dos años después de que el Gobierno decidiera que lo mejor para evitar embarazos no deseados era distribuir sin receta médica la píldora del día después, los expertos aseguran que se ha convertido en un anticonceptivo más. Sólo en agosto pasado se dispensaron 2.231 unidades al día, lo que hizo que se dispararan las ventas de este cóctel hormonal.
Inmigración y «turismo abortivo»
Cuatro de cada diez mujeres que acuden a una clínica abortista son inmigrantes. Así lo reconoce el propio presidente de la asociación de clínicas, Santiago Barambio. Y precisamente al descenso de la inmigración atribuye la ligera bajada de los abortos, más acusada en Cataluña. «Si disminuyen las cifras no es por la nueva ley, es porque ha bajado el número de mujeres en edad fértil, las del ‘'babyboom'', y porque ya estamos en el tercer año de disminución de la entrada de mujeres inmigrantes en España». El presidente del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, también apunta a la inmigración como causa del descenso. Reconoce que «si hay menos inmigrantes se practican menos abortos» y también señala que el «turismo abortivo» ha descendido mucho en Cataluña desde que se cerraran las clínicas de Carlos Morín (en la imagen)n, acusado de practicar abortos ilegales.
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