Crisis en el PSM

Campaña electoral 20: los políticos se enredan

Las redes sociales se han convertido en un poderoso instrumento de comunicación. Casi se puede llegar a decir que si no estás en Facebook o Twitter no existes.

091NAC17LOGO1
091NAC17LOGO1larazon

Y eso es lo que han debido de pensar los políticos, que aprovechan al máximo estas nuevas formas de interactuar para conseguir votos. Las elecciones municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina –el próximo domingo–, y toda forma de captar simpatizantes es poca. Según el estudio Política 2.0, realizado por la agencia 101, saber qué hacen los políticos durante el fin de semana, cuál es su equipo favorito de fútbol o qué series de televisión ven suscita mayor interés entre los internautas que cualquiera de sus propuestas políticas. En este sentido, Esperanza Aguirre es una de las candidatas más activas y mejor posicionadas en las redes sociales, hasta el punto de tener más seguidores que el propio Mariano Rajoy. La presidenta de la Comunidad de Madrid tiene más de 68.500 simpatizantes, frente a los 13.362 de su rival, el socialista Tomás Gómez. En segunda posición, aunque ya alejada de Aguirre, se encuentra su compañera de partido y candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, con cerca de 18.400 «amigos» en sus canales oficiales en Facebook y Twitter. Nada que ver con los 4.400 del candidato socialista a dicha comunidad, José María Barreda.

Entre los aspirantes municipales destacan la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que entre Facebook y Twitter aglutina a 6.069 seguidores; el primer edil de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, con 7.893, y el candidato de CiU a la alcadía de Barcelona, Xavier Trias, con 9.225 seguidores. El estudio tampoco deja fuera del ránking a José Antonio Rodríguez Salas, alcalde socialista del pueblo granadino de Jun y pionero en el uso de nuevas tecnologías en la Administración, con 17.292 «amigos». Los candidatos twitteros aprovechan la oportunidad para incluir en su denominación en Twitter un pequeño eslogan. Es el caso del socialista Tomás Gómez con @contigotomas o de Jaime Lissavetzky, que utiliza @ClaveQCambiaMAD.


El lado más humano
Sin embargo, no todos los políticos bucean en los «social media» por interés electoralista, sino también por afición. Además de las «fan pages» en las que exponen sus propuestas, más del 50% de los candidatos tiene un perfil personal en Facebook. Y es que, según destaca el estudio, el hecho de contar con un perfil en el que los candidatos aparquen el tema político para reflejar su lado más humano puede generar una mayor empatía. Un ejemplo claro de ello es el perfil en Facebook de Miguel González de Legarra, candidato del partido riojano, quien confiesa que es seguidor de la serie «Fraggle Rock» o de cantantes como Tino Casal o Raffaella Carrá. En opinión del director general de 101, Gustavo Entrala, es importante que «la comunicación con el ciudadano no se abandone pasado el furor de la caza de votos porque las redes sociales no son de quita y pon».


«SUPERFERNÁNDEZVARA»
Todo vale a la hora de obtener votos. Muchos políticos recurren a los deportes en masa o las series de televisión en su carrera electoral. En este sentido, además de las redes sociales, Youtube se ha convertido hoy por hoy en una herramienta fundamental a la hora de atraer nuevos votantes, especialmente jóvenes, los principales usuarios de internet. Gran parte de los candidatos tiene un doble canal donde dar visibilidad a sus mítines locales, encuentros con vecinos, así como vídeos de presentación del candidato y de la campaña.
Uno de los casos más curiosos es la estrategia electoral del Partido Socialista en Extremadura, donde el candidato, Guillermo Fernández Vara, se ha atrevido a convertirse en superhéroe, y ser protagonista de una serie de animación, que cuenta con más de 7.500 visitas. Por otro lado, existen todavía los que se resisten al uso de las nuevas tecnologías. Es el caso de los candidatos a la Ciudad Autónoma de Ceuta y la región balear, que prefieren llegar a los votantes a través de canales tradicionales como mítines políticos.