Zapatero se declara ahora neutral en la «batalla» de Madrid

Hace poco más de una semana, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, elevaba a Trinidad Jiménez a la consideración de «buenísima» tras dejar a Tomás Gómez en un mero «bueno». El sábado, el también secretario general del PSOE se reunía con el líder de los socialistas madrileños para pedirle sin éxito que dejara paso libre a la ministra de Sanidad. Zapatero ya había dejado claras sus preferencias en este proceso, pero ayer, desde Palma de Mallorca, se declaró neutral en la batalla por el liderazgo del socialismo madrileño. Lo hizo tras mantener su primer despacho del verano con Su Majestad el Rey. En los jardines del Palacio de Marivent, el jefe del Ejecutivo marcó su postura afirmando que «los que tienen que hablar son los candidatos», ya que «es a ellos a los que quieren escuchar militantes y ciudadanos; con esto significo cuál va a ser mi actitud». Y zanjó la cuestión.

Sin previsión de cambio
Además de su postura sobre lo que calificó de «contienda constructiva», Zapatero ratificó a Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad. De paso, confirmó lo adelantado ayer por LA RAZÓN, que no hará cambios de Gobierno. «No hay ninguna previsión sobre lo que es la composición del Gobierno –subrayó–, no hay una previsión a corto plazo como se puede entender, independientemente de lo que suceda en su momento a largo plazo con una posible candidatura a la Comunidad de la ministra», aclaró, antes de recalcar que «no hay nada cerca que haga pensar en algún cambio».

En este mismo ámbito, Zapatero fue preguntado por la opción que planteaba el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, de que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fuera candidato del Partido Socialista a la Alcaldía de Córdoba. El presidente se limitó a señalar que aún no se ha reunido con el dirigente andaluz, y que le escuchará «sobre cualquier otra propuesta o iniciativa sobre las candidaturas».

De vuelta a la «contienda constructiva» que mantendrán Trinidad Jiménez y Tomás Gómez, Zapatero quiso valorar que el proceso por el que uno de los dos se convertirá en el contrincante de Esperanza Aguirre pone de manifiesto la «libertad interna» y la «impronta democrática» en su partido. No obstante, e inmediatamente después de realizar esa afirmación, el jefe del Ejecutivo instó a recurrir a la «libertad y democracia» en el proceso de primarias para elegir al candidato socialista, aunque recalcó acto seguido que «no es una recomendación a nadie» en concreto.

Unas primarias que se prevén como un duro enfrentamiento entre dos candidatos con muy diferentes apoyos, a los que Zapatero envió un mensaje, subrayando que la batalla por el liderazgo del socialismo madrileño tendrá el «grado justo de apasionamiento».