Milán
«Il Cavaliere» niega que tuviera relaciones íntimas con Ruby
Declara en el juicio por inducir a una menor a prostituirse
ROMA- «Después de la cena, algunas veces mis invitados organizaban en el teatro de la residencia espectáculos con música y disfraces. Estos espectáculos no tenían nada de vulgar o escandaloso. Puedo excluir, con absoluta tranquilidad, que se hayan desarrollado escenas de naturaleza sexual en mi casa». Silvio Berlusconi ofreció ayer en el tribunal de Milán, donde se está juzgando el «caso Ruby», en el que está acusado de abuso de poder y de incitación a la prostitución de menores, un relato sobre las famosas veladas en su casa de Arcore, en el norte de Italia, muy distinto del que cuentan algunas de las jóvenes que participaron en ellas. En una declaración leída ante la fiscal Ilda Bocassini, su gran enemiga en los juzgados, a quien no tuvo empacho en darle la mano, el ex primer ministro garantizó que «nunca» ha mantenido relaciones sexuales con Karima El Mahroug, alias «Ruby Robacorazones», quien acudió a las polémicas fiestas cuando era menor de edad. Sobre este punto, «Il Cavaliere» se mostró tajante y aseguró que la muchacha le había dicho que tenía 24 años, que era egipcia y estaba emparentada con el ex presidente Hosni Mubarak. «Cuando me enteré de que era marroquí y menor, me quedé de piedra y decidí no interesarme más por ella». Aun así, debido a la insistencia de Ruby, Berlusconi acabó cediendo y le prestó «algunos miles de euros» para que se convirtiera en socia de un centro estético. El magnate de las comunicaciones dio su versión sobre lo que ocurrió la noche del 27 al 28 de mayo de 2010, cuando la joven marroquí se encontraba detenida en Milán por haber cometido un robo. Reconoció que llamó a la comisaría, pero sólo para «pedir información» sobre Ruby, no para solicitar que fuera liberada y entregada a Nicole Minetti, la supuesta organizadora de las fiestas de Arcore, abusando de su cargo como primer ministro, como sostiene la acusación. También telefoneó, según dijo, para «evitar complicaciones diplomáticas», pues estaba entonces convencido de la relación familiar entre la chica y Mubarak. Respecto a la expresión «bunga bunga», utilizada por la Prensa italiana para referirse a las supuestas bacanales de Arcore, el ex primer ministro contó que todo nació con «una broma que repetí varias veces» y que luego fue reproducida por los diarios. «Eran cenas que celebrábamos en un gran comedor, en las que yo estaba en el centro de la mesa y monopolizaba la atención cantando, hablando de deporte, de política y de cotilleos», reconoció. «Pensar que yo quería mantener el secreto de las veladas es risible», concluyó Berlusconi, denunciando que se ha levantado una «monstruosa obra de difamación».
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