Grecia
Venizelos fracasa y Grecia se ve abocada a las urnas
Sólo el presidente puede evitar hoy otras elecciones
«El buen augurio» que preveía Evangelos Venizelos, líder del Pasok, para formar una coalición se esfumó ayer tras la ronda de contactos con el líder de Syriza, Alexis Tsipras, y con él, se disipan las esperanzas de que Grecia no repita elecciones en junio. Todos los políticos quieren jugar sus cartas en el futuro de Grecia y cada partido pone sus condiciones específicas, por lo que las negociaciones a tres bandas han sido más complicadas de lo que esperaba la sociedad griega, en busca de una estabilidad que no llega.
Por ejemplo, el jueves, Fotis Kuvelis, líder del partido de centro izquierda Dimar, le pidió a Venizelos que Syriza –segunda fuerza más votada– debía estar en la alianza . Pero ayer Tsipras le recordó al también ex ministro de Finanzas que jamás formaría parte de un gobierno que no rechace las medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea. Es más, desde que se hicieron públicas, el jueves por la noche, las cifras del sondeo en el cual si se volvía a acudir a las urnas, Izquierda Radical sería el partido más votado, Tsipras ha aprovechado sus últimas horas más para hacer campaña que para la búsqueda de consenso. «El memorándum (con la UE) no lo ha rechazado Syriza sino el pueblo griego», declaró Tsipras, en relación a la caída de votos que registraron el Pasok y Nueva Democracia, en contraste con el aumento de votos de las fuerzas que se oponen a las políticas de ahorro.
«Está claro que Syriza quiere elecciones», explicó Kuvelis a sus diputados ayer. «Y sin Syriza, no se puede formar un gobierno que esté en armonía con la voluntad del pueblo». Venizelos, por su parte, fue más crítico con Tsipras. Tras la reunión «The Athens Times» publicaba sus declaraciones: «El ascenso meteórico de la popularidad de Syriza debería significar un aumento de su responsabilidad, no de su arrogancia». Por tanto, el líder de Pasok ha fallado en la tarea que le encomendó el presidente griego, Karolos Papulias. Y le devuelve la batuta, es decir, Grecia vuelve a estar en el mismo punto en el que se encontraba, tras los intentos de Nueva Democracia, Syriza y Pasok, las tres fuerzas más votadas. Hoy, Papulias deberá intentar lo imposible para acercar posturas entre los sietes partidos que consiguieron representación en el Parlamento para que no se convoquen de nuevo elecciones anticipadas. Y para mayor presión del presidente, ayer Lucas Papademos, el actual primer ministro, le trasladó su intención de dimitir de su cargo si Grecia volvía a las urnas. Eso por no hablar del apremio desde la UE, el BCE y el FMI, que observan con lupa la parálisis política del país de la eurozona.
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