Sanidad

José Antonio Ávila: «Las enfermeras son hormigas los gestores cigarras»

«Sanidad no necesita pagar a un grupo de expertos que le asesore. Lo puede tener gratis»
«Sanidad no necesita pagar a un grupo de expertos que le asesore. Lo puede tener gratis»larazon

VALENCIA- La Conselleria de Sanidad ha optado por un modelo que incorpora la figura del consultor externo frente a la gestión compartida que tenía prevista, ¿qué les parece el cambio?
–Lo que haría falta sería un comité profesional consultivo. Un grupo de expertos independientes que les asesore.
-¿Y gratuito?
-Por supuesto. Lo puede tener, sin prebendas y sin coste para la Administración. Pero aquí lo hacemos al revés, el profesional es el último en enterarse de los cambios. Hemos pedido una reunión con el conseller Luis Rosado para hablar del nuevo modelo de gestión, pero se nos resiste.
-¿Les convence este giro de la sanidad pública?
-Solo conocemos las grandes líneas. Estamos a la expectativa, pero he de decirle que llueve sobre mojado. El personal sanitario es la hormiguita trabajadora del sistema y los gestores, las cigarras que han gestionado de forma poco acertada los recursos públicos. Me resisto a pensar que la red pública no pueda ser eficaz y sostenible.
-¿Cuáles son los puntos débiles que han detectado en ella?
-Pues eso que le comento. Echo en falta unos gestores profesionalizados, que sepan lo que hacen. No podemos poner en puestos de responsabilidad a personas cuyo único mérito sea el tener una afinidad política o ser «amigos de». También se otorga demasiado peso a la gestión médica, y el que está día a día con el paciente es el enfermero y debería tener más protagonismo y capacidad de decisión. Hay que apostar por un trabajo en equipo, pero de verdad, no en grupo, sino en equipo.
-¿Se sienten discriminados respecto al colectivo médico?
-Nos sentimos poco valorados. Y lo peor es que no han detectado nuestro potencial para una gestión sostenible.
-Los galenos dicen que ellos pueden reducir el gasto sanitario, ¿y ustedes?
-Lo hacemos día a día, pero no se nos da la oportunidad de demostrarlo.
-¿Y se ven capaces de descongestionar el sistema?
-Y de paralizarlo ¿Se imagina un centro de salud donde se vacunan todos los días un centenar de personas y que cada una tuviera que tuviera que ir previamente al médico? Según una reciente sentencia, de un caso muy puntual que no crea jurisprudencia, eso es lo que deberíamos hacer. Si siguiéramos ese protocolo, colapsaríamos el sistema. No podemos consultar cada decisión. Por eso pedimos a la Conselleria de Sanidad que despeje todo tipo de dudas y deje claro que no somos auxiliares del médico. Hace falta una regulación autonómica del cometido profesional de la Enfermería.
-Comparándolos con los farmacéuticos o los médicos, da la impresión de que los enfermeros han sido poco reivindicativos.
-Si debo hacer una crítica interna, admito que somos un colectivo poco unido. Los cuatro pilares -colegios, sindicatos, asociaciones y universidad- deberíamos ir de la mano. Ahora más que nunca.
-Pero llevan años con reivindicaciones históricas y aún mantienen muchos frentes abiertos.
-Damos pequeños pasos y lanzamos voces muy agudas, pero se avanza poquito porque los políticos, en líneas generales, no gestionan para el largo plazo, sino, en el mejor de los casos, para una legislatura.
-El Ministerio quiere revisar la cartera de servicios para reducir costes, ¿a favor o en contra?
-En principio, a favor, pero habría que ver qué criterio se sigue, ¿con criterio mercantilista o sanitario? Estoy de acuerdo en que sea una cartera de servicios amplia, pero revisable, porque quizás existen procesos o tratamientos obsoletos que pueden sustituirse por otros más eficaces. Sin embargo, esa revisión debería consultarse con todos, incluidos los pacientes.
 -¿Creen en la promesa de Rosado de no traspasar a la empresa privada la plantilla del sistema público?
-Creo que hay muchas personas que quieren que el conseller se vaya, pero él quiere que su proyecto salga adelante. Es una persona honrada que cuando dice lo que dice, es porque lo cree. El problema está en los que están por encima de él.
-Por encima de él está el presidente de la Generalitat.
-(Sonríe) (Pausa)... Y los intereses que hay alrededor. Yo tengo plena confianza en el conseller.
-¿En qué situación laboral se encuentran los enfermeros?
-Siempre se puede estar peor. Los valencianos somos los que menos cobramos y los que más carga asistencial tenemos. Por ello necesitamos un ente que sea capaz de regular la oferta de plazas para cursar estudios de Enfermería y la realidad social con la que se van a encontrar cuando acaben los estudios, porque no se puede mercantilizar la desesperación de la gente por encontrar trabajo.
-Ha confesado que sufren desmotivación, ¿cuáles son las consecuencias inmediatas de esta? ¿se están registrando más bajas laborales?
-Al contrario, en el personal no estable cada vez hay más temor a efectuar demandas, pedir cuestiones laborales básicas o simplemente protestar por algo injusto. Hay miedo. En líneas generales, entre los fijos y los que no lo son, existe una apatía importante. Por ello nuestros políticos deberían crear elementos incentivadores, de reconocimiento, la famosa palmadita en la espalda. Además, muchos de estos incentivos no tienen coste, solo tienen que empezar por darnos más protagonismo. Hay mucha incertidumbre. Las noticias que leemos sobre nuestro futuro nos generan desmotivación y desgana. Nosotros vamos a seguir dando la talla, pero estamos cabreados con lo que está pasando. No obstante, el paciente no va a sufrir nuestro malestar, pues nos debemos a nuestro código ético.

 

Cuestión de nombre
«Somos enfermeros o enfermeras»
Es de las pocas profesiones que utilizan el femenino para referirse al colectivo. «Las enfermeras piden..», «Las enfermeras deben...» y es porque son mayoría aplastante. Sin embargo, no toleran, ya no, que se les considere ATS, «practicantes» o DUE. Aceptan que la gente de la calle confunda los términos, pero no así la Administración, a la que piden que unifique de una vez por todas su denominación. «Somos enfermeras», defiende el presidente de su Colegio profesional. Quizás sea solo « una reivindicación simbólica», pero dice mucho de su lucha por ganarse el respeto.