Irak

Otegi dice ahora que le «sobra y estorba» la violencia

Arnaldo Otegi se despidió ayer del juicio del «caso Bateragune» entre aplausos de sus incondicionales y abrazos de sus compañeros de banquillo. Aprovechando su derecho a la última palabra, el ex portavoz de la ilegalizada Batasuna se despachó con un mitin en toda regla durante más de 15 minutos.

Otegi, Miren Zabaleta (izda.) y Arkaitz Rodríguez (detrás), durante el juicio
Otegi, Miren Zabaleta (izda.) y Arkaitz Rodríguez (detrás), durante el juiciolarazon

Tuvo tiempo para todo (incluso para citar a Einstein y hacer referencias a la guerra de Irak y Rubalcaba), pero puso su mayor ahínco en reiterar que en estos momentos la violencia de ETA «sobra y estorba» a la izquierda abertzale. ¿Y después? Otegi insistió en que la apuesta por las vías pacíficas es «irreversible e irrevocable» y que «rechazaría» la vuelta de ETA a la senda de los atentados. Eso sí, lo hizo con un discurso que, por momentos, parecía un calco de la habitual jerga etarra. No tuvo reparos, por ejemplo, en asegurar que la violencia «ha sido la gran coartada, la gran excusa» del Estado para «no entrar en el debate de fondo» que reclama la izquiera abertzale: la independencia.

«El proceso es imparable»
Antes, su abogada, Jone Goirizelaia, había abonado el terreno al advertir al tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, de que su sentencia «va a traspasar las consecuencias penales, va a ir más allá» porque, recalcó, «el proceso iniciado es unilateral, es imparable y no tiene vuelta atrás».
En esos quince minutos de gloria, Otegi tampoco tuvo reparos en sacar pecho por los resultados electorales de Bildu. «Empezamos siendo cuatro o cinco –dijo– y ya vamos por 313.000, y esto no se va a detener, va a ir a más. Ése es el éxito de nuestra apuesta». Con esos votos en la mano, el ex dirigente batasuno aseguró estar orgulloso de lo que han conseguido: «Hacer virar el transatlántico de la izquierda abertzale». Pero el fiscal sigue pensando que ese viraje apadrinado por Otegi responde a una estrategia (seguramente la palabra más escuchada en el juicio) de ETA, por lo que pide para el ex portavoz batasuno diez años de cárcel como dirigente etarra.
Además, en un gesto sin precedentes, Otegi pidió disculpas a la acusación popular ejercida por la asociación Voces contra el Terrorismo por no haber contestado a sus preguntas, lo que achacó a una mera estrategia de defensa.
Y para terminar, un llamamiento a los suyos. «Que nadie abandone el camino que hemos emprendido. Que sonrían, porque vamos a ganar», les arengó. Como en todo mitin que se precie, se escucharon los aplausos de los fieles.