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Doña Elena y Madrid 2020

La Razón
La RazónLa Razón

L11 Schumacher
Siete veces campeón del mundo; hoy, Michael Schumacher, corista en la Fórmula-1. ¿Triste, no? O no. Habiendo sido lo que ha sido, ¿cómo acepta su sino de ocaso o decadencia? Piensa seguramente que, en efecto, ser sublime sin interrupción es humanamente imposible. «No soy viejo y, sin embargo, no puedo», se atormenta. El tormento de la impotencia no siendo viejo (no lo es todavía) debe de ser ciertamente tormento feroz. «Saber retirarse, qué sabio consejo», leo que rumia.
 
M12 Guinness
Un año recibiendo lauros, homenajes, parabienes.
–Hace un año que España, gracias al fútbol, hizo grande a España. «¡Qué grande es el cine y qué grande es el fútbol» (Hernán San Pedro). Y qué personaje grande y carismático es Del Bosque. Es marqués, pero su marquesado es el balón, no tanto aristocratizador título.
Le pregunto:
–¿Llevas la cuenta de los respetos, medallas, agasajos, ban-dejas de plata, halagos y mimos recibidos?
–No, la verdad es que no.
Insisto. Le sugiero cifra:
–¿Más de setenta, más de ochenta?
–Sí, o tal vez más.
Cifra de Guinness.

X13 Marta
La parábola del padre y el hijo pródigo, pero al revés y en femenino. El padre, en esta párabola del atletismo, de padre nada. El «padre» Odriozola, presidente de la Federación de Atlétismo, a las 48 horas de caer sobre Marta Domínguez el pedrisco de la imputación de dopaje en una de sus variantes, a toda leche Pascual, a toda velocidad de fórmula uno en cohete Red Bull, se «cepilló» a Marta Domínguez. Cautelarmente, ha sido cesada (apartada, vaya, cual leprosa) como vicepresidenta de la Federación. Ningún «padre», que yo sepa, se carga a su hija, a una hija amada, sin previamente escucharla con sosiego y amor paternal (¿acaso con ella antes de defenestrarla cautelarmente?). «Hala, fuera de aquí, apestada». Así actuó el «padre» Odriozola. Ahora, comprobada y demostrada su inocencia, leo que le ha dicho:«Hija, regresa, la vicepresidencia te espera. Ven a mis brazos y retorna a tus pistas, mi muy amada hija». ¡Anda, «padre» Odriozola! Un presidente con frenazo y marcha atrás, como diría Jardiel Poncela.

J14 Madrid 2020
Bien, alcalde. Muy bien. A por Madrid 2020. En la oposición municipal, además, tienes a Jaime Lissavetzky, un señor del deporte. Con él, lo intuyo, tu pugna con él no será «un tú o yo» sino un «tú y yo». Los dos amáis a Madrid, los dos amáis el deporte, los dos amáis la ilusión de Madrid ciudad olímpica. Pero el CIO, dígase lo que se diga, es un «veneciano» coto de barones entre poco fiables y nada fiables. Samaranch –su hijo, no, por supuesto– me dijo una vez que el olimpismo es la sangre azul del deporte, y que en el CIO gusta el color y el olor a sangre azul, a gente importante, a gente noble por el éxito y el «pedigrí». Se me ocurre, no sé si con acierto o no, que esta vez, querido Alberto, el presidente del proyecto Madrid 2020 debiera ser alguien muy, muy especial, alguien como la Infanta Elena. ¿Desbarro? Creo que no. Doña Elena sería al proyecto olímpico de Ma-drid 2020 algo así como el Rey Juan Carlos a España, que reina pero no gobierna. El Rey, sin embargo, es la mejor imagen «política» de España fuera y dentro de España.
–Qué suerte tenéis los españoles de tener un rey como Juan Carlos: elegante, atractivo, tremendamente carismático –oí en un sarao social de gente azul a un diplomático alemán (estoy en Águilas, y aquí no tengo el archivo de nombres; aquí sólo hay mar azul, cielo azul, alegría azul).
La Infanta Elena es la más Borbón (por simpatía, «gancho», donaire, vivacidad) de la familia Borbón de La Zarzuela. A mí, que algo sé del mundo olímpico, no me parece descabellada mi idea. Es más: me he enamorado de ella. Me gusta mucho.

S16 Agüero
El Atlético de Madrid ha sido el útero, la placenta y el parto de «Kun» Agüero. «Cría hijos y te dirán lo que Agüero ha dicho del Atlético, que el Atlético es sólo su lugar de trabajo». Así, con desdén. Así, con desprecio. Así, con ingratitud. Me lo decía recientemente alguien: «La ingratitud es el estiércol de la calidad-descalidad humana del futbolista del siglo XXI». El fútbol, para la inmensa mayoría de los futbolistas, es «un producto financiero». Eso de sudar la camiseta de los colores de uno de toda la vida suena a arcaico, a fútbol de las cuevas de Altamira. ¿Qué es, por ejemplo, de hecho y mercantilmente el Real Madrid? Una multinacional poliétnica y policarísima. Estamos en el fútbol de la posmodernidad. Agüero, eso.