Sevilla
Un futuro asido al concurso de acreedores para el nuevo Betis de Gordillo
El pasado sábado, con su publicación en el BOE, quedó cumplimentado el último trámite burocrático para la declaración oficial del concurso de acreedores del Betis.
Luis Oliver, ahora fuera de la entidad por orden judicial, lo había solicitado el 20 de octubre, acuciado por unas deudas que, según los informes presentados posteriormente por los nuevos administradores judiciales, queda cifrada entre los 66 y los 80 millones de euros.
Incluso dando por hecho el ascenso a Primera en junio, el nuevo consejo de administración, con Rafael Gordillo a la cabeza, se aferra a este concurso como la única vía de salvación efectiva de la entidad, como bien reconoce el vicepresidente, José Antonio Bosch Valero, quien avanza qué ocurrirá a partir de ahora: «Para ser gráficos, el auto traza una raya y marca un antes y un después en los pagos a realizar. De ahora en adelante se primarán los pagos que preserven la continuidad de la sociedad».
Ahora, y en el plazo de un mes, los distintos acreedores deberán constatar sus créditos a los administradores concursales, el abogado Antonio Jesús González Díaz y el economista Francisco Tato (resta uno más, aún por conocerse, propuesto por los acreedores), que serán los encargados de elaborar el convenio de acreedores, con la posibilidad de reducir la deuda (quita) o aplazar su pago en los plazos consensuados. Es la negra realidad del Betis tras la derrochadora «era Lopera». Los tiempos han cambiado.
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