Barcelona
El PP defiende que al menos una de cada tres clases sea en español
«We want freedom, excellence and effort» –Queremos libertad, excelencia y esfuerzo–. En un inglés con acento de la Costa Este de los Estados Unidos, Alicia Sánchez-Camacho, que trabajó como consejera laboral en la embajada española de Washington, resumió ayer el modelo educativo que el PP defiende en su programa electoral.
Libertad, porque son los padres y no la administración quienes deberían elegir la educación que van a recibir sus hijos. En base a este principio, Sánchez-Camacho aseguró que si el PP es decisivo tras el 28 de noviembre, el lugar de residencia dejará de ser una limitación a la hora de escoger un colegio. «Yo me tuve que cambiar de domicilio para poder llevar a mi hijo Manuel a la escuela concertada que me gustaba. ¡Y eso que el centro que quería estaba en el mismo barrio, a sólo cinco calles de mi casa!», exclamó.
Pero si por algo se ha embarcado el PP en otra odisea judicial después de la sentencia del Estatut –recurrir al TC la Ley de educación–, es para garantizar que los padres puedan elegir en qué idioma quieren escolarizar a sus hijos en primaria El PP quiere recuperar en la solicitud de preinscripción, la casilla donde los padres puedan elegir entre una enseñanza vehicular en castellano o catalán. Sánchez-Camacho detalló que su modelo educativo pasa por garantizar un mínimo del 33 por ciento de las clases en castellano, otro 33% en catalán y apostar por una tercera lengua, preferiblemente, el inglés. La introducción del inglés en la enseñanza primaria y de una cuarta lengua en la enseñanza secundaria, –«como se hace en los colegios donde estudiaron Mas y sus hijos y donde estudian los de Montilla», puntualizó, aporta el valor de la excelencia al modelo educativo que defiende el PP.
«Excellence and effort»
Y la excelencia va de la mano del esfuerzo. Porque es «inmoral» que «el tripartito deje un legado de un 14 por ciento de fracaso escolar»; que «tres de cada diez alumnos no acaben la enseñanza secundaria obligatoria»; y que, encima, «el president Montilla premie a los ni-ni, los chavales que ni estudian ni trabajan», lamentó la candidata del PP. Aunque más vergonzoso es que el Defensor del Pueblo reciba diez denuncias al día por agresiones en las aulas. Para frenar que los chavales se suban a la montera de los maestros, el PP defiende una ley de autoridad del profesorado, que dé a los profesores más control sobre sus clases, simplifique los trámites disciplinarios, y facilite las expulsiones.
Pero como todas estas medidas, ya habían sonado durante la precampaña, Sánchez-Camacho se apuntó al carro de las «promesas estrella»: libros gratis para los alumnos de primaria y secundaria y una reducción de 600 euros anuales en el IRPF por cada hijo que estudie en una escuela concertada. La medida es análoga a la que un día antes presentó dentro de su programa de sanidad, de desgravar las contribuciones que se realicen a mutuas privadas.
Todo esto, Sánchez-Camacho lo dijo delante del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Mediterrània, un colegio de la Barceloneta que en 2007 fue derribado porque tenía aluminosis y en el que, tres años después, los niños siguen estudiando en barracones. «Los alumnos tienen cuatro turnos para comer, pero cuando empieza el segundo turno la comida ya está fría», se quejó la presidenta del AMPA a Sánchez-Camacho. Según explicó esta última, cuando el tripartito asumió las riendas de la Generalitat, en 2003, había 500 barracones, ahora hay 1.557 barracones y el PP se compromete a reducir los módulos prefabricados a 400. Sánchez-Camacho emplazó a la AMPA a reunirse tras las elecciones para solucionar el agravio.
CiU intentará el «pacto de la estelada»
En un nuevo intento de disputar a CiU el votante liberal de centro-derecha, la candidata del PP, Alicia Sánchez-Camacho, alertó de que Artur Mas intentará sellar el «pacto de la "estelada"», preferiblemente con ERC, tras el 28 de noviembre. Lo de preferiblemente con ERC se explica porque dependiendo de los escaños que logren unos y otros, CiU tendrá suficiente con gobernar sólo, con el PP o con Esquerra y otras formaciones independentistas como la Solidaritat Catalana per la Independència de Joan Laporta. Sea como sea, la única fórmula para evitar un gobierno de corte soberanista, según Sánchez-Camacho, es que el PP tenga protagonismo en el futuro gobierno de la Generalitat. Pero para eso necesitan el apoyo de los ciudadanos en forma de votos. Sánchez-Camacho buscó ayer el voto en Mataró, donde coincidió, precisamente, con Artur Mas.
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