Estados Unidos
Al Qaida se atribuye el derribo de un avión carguero clasificado como «accidente»
El pasado tres de septiembre un avión carguero de la compañía norteamericana de mensajería urgente UPS se estrelló unos minutos después de despegar del aeropuerto de Dubai. Murieron sus dos tripulantes –piloto y copiloto– y el aparato, un Boeing 747 «Jumbocargo», quedó completamente destruido.
El primer análisis de las cajas negras descartaba la hipótesis de una explosión abordo. Sin embargo, en una nota de la Oficina Aeronáutica Civil de Emiratos Árabes Unidos, hecha pública al día siguiente del accidente, se apuntaba como causa probable del mismo «un incendio en la cabina de la aeronave, seguido de una filtración de humo», que hubiera podido inutilizar a los pilotos. Y mientras la investigación rutinaria seguía su curso, el mundo se olvidó del suceso hasta que, el pasado viernes por la noche, un comunicado de la rama yemení de Al Qaida reivindicaba el supuesto derrribo del avión, así como el envío de las bombas que fueron interceptadas en Gran Bretaña y Dubai la pasada semana, enviadas a través de las compañías de mensajería urgente Fedex y UPS.
Aunque fuentes oficiales emiratíes insistían ayer en que no se habían encontrado indicios de una explosión abordo, no puede descartarse la existencia de una bomba incendiaria. De hecho, se está analizando el accidente desde este nuevo supuesto.
La nota de reivindicación de Al Qaida señalaba textualmente: «Le decimos a Barack Obama que hemos golpeado sus aviones tres veces en un año y que seguiremos, si Dios quiere, atacando los intereses de Estados Unidos y sus aliados». Asimismo, la nota culpa a los servicios secretos de Arabia Saudí del fracaso de sus otras dos bombas, dirigidas a sinagogas de Chicago. «Nuestros artefactos –afirman– estaban dirigidos a templos sionistas judíos, pero intervinisteis con vuestra traición para protegerlos».
Al Qaida se pregunta si el Gobierno estadounidense quiso ocultar el incidente de principios de septiembre debido a la cercanía de las elecciones legislativas y señala que, dado que este supuesto atentado no fue reconocido como tal, esperaron hasta poder «volver y atacar de nuevo».
Tanto Washington como Ryad se han negado a comentar cualquier extremo del comunicado. «Siempre nos pasamos información», se limitó a comentar una fuente anónima de la CIA.
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