Caso Bretón

Ángel Carromero: «Lo siento profundamente»

Ángel Carromero pide perdón a las familias de los disidentes fallecidos al comenzar la vista. El fiscal pide siete años de cárcel en un juicio marcado por las medidas de seguridad

El español Ángel Carromero (c) llega hoy, viernes 5 de octubre de 2012, al tribunal Provincial de la ciudad de Bayamo
El español Ángel Carromero (c) llega hoy, viernes 5 de octubre de 2012, al tribunal Provincial de la ciudad de Bayamolarazon

Por fin llegó el esperado juicio. Tras más de diez semanas en la cárcel de 100 y Aldabó, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP, Ángel Carromero, pudo defenderse ante la Fiscalía cubana. El español está acusado de dos homicidios imprudentes, pues iba al volante del coche en el que fallecieron el histórico disidente Oswaldo Payá y el activista Harold Cepero. Aunque ayer en los medios castristas no se publicó ni una línea sobre el juicio a Carromero, los disidentes desplazados a Bayamo contaron a LA RAZÓN que había una fuerte presencia policial, que los no residentes no pudieron acercarse ni a la calle del Tribunal e incluso que había turbas civiles que, entre otras cosas, increparon a los familiares de Payá. Aunque en Cuba se empeñen en culpar al joven español, de 27 años, lo cierto es que ningún pariente de las víctimas ha presentado cargos en contra de Carromero.

Los hijos de Payá: Oswaldito, Rosa María y Rey llegaron a estar a 50 metros del tribunal. «No nos dejan pasar. Queremos ver a Ángel. Este juicio es una farsa», dijeron a Regis Iglesias, el portavoz del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado por Payá. «Nos parece totalmente ilegítimo. No creemos lo que puedan decir los mismos que amenazaban de muerte a mi padre», explicó Rosa María a Martí Noticias. El escritor Orlando Luis Pardo, amigo de la familia cubana, indicó desde Cuba que los Payá exigieron una investigación independiente que nunca se realizó. Además, «Carromero es amigo de la familia. Llevan pidiendo verle desde el 22 de julio y ni siquiera han podido hablar con él ni para que les dé su versión de los hechos, ni para que les dé sus condolencias».

Esto fue, precisamente, lo primero que dijo ayer Carromero, físicamente desmejorado, aunque tranquilo durante su juicio oral. A las 9:10 (hora local) se abrió la sesión en la Sala Primera de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de Granma, con la fachada recién pintada. El dirigente de NN GG había llegado en una furgoneta blanca, escoltado por dos agentes. Tras una exposición previa del presidente del tribunal, Milson Piña Hidalgo, el juicio arrancó con la declaración de Carromero, quien después fue interrogado. «Lo siento profundamente. He perdido muchas cosas en este tiempo, pero no tiene comparación con el sentimiento de dolor de las familias de los fallecidos». Según la versión oficial, el exceso de velocidad y otros errores de Carromero hicieron que el Hyundai impactara contra un árbol al circular por una carretera en obras que no estaba pavimentada. «La última vez que miré efectivamente iba a 80 km/hora, pero cuando tuve el accidente no miré el cuentakilómetros así que no puedo precisar con exactitud a qué velocidad iba», se defendió Carromero. En la pequeña sala, en la que apenas había una treintena de personas, su abogada, Dorisbel Reyes, insistió en esto y preguntó a los testigos detalles sobre la visibilidad de las señales de tráfico. De hecho, algunas fueron cambiadas de sitio después del accidente. En cuanto al estado del coche alquilado, trabajadores de la empresa Cubacar reconocieron que el vehículo sólo tenía dos años y se encontraba en perfecto estado.

Al cierre de esta edición, la Fiscalía todavía no le había condenado, aunque podrían caerle siete años al sumarse las penas de los dos homicidios improcedentes. Según la agencia Efe, la defensa de Carromero pedirá su absolución e inmediata puesta en libertad. En la sala se encontraba el cónsul español en Cuba, Tomás Rodríguez Pantoja, quien dijo a los pocos medios que pudieron acreditarse que era «optimista». «Esperen a que sea el juicio, vamos a ver lo qué pasa».