Valencia
Las aerolíneas vuelan bajo
La crisis agrava la reestructuración de un sector ya de por sí volátil por su gran competitividad. Con Iberia, la cifra de despidos ronda los 10.000 desde 2009Consulte el gráfico adjunto con datos sobre los escollos del sector
MADRID- Si hubiera que definir con una palabra del argot aéreo la situación que está atravesando el sector en España, ésa sería turbulencia. Pocas aerolíneas han podido mantener el modelo de negocio que tenían antes de la crisis. O se están viendo abocadas a realizar procesos de reestructuración o, sencillamente, a cerrar. La última que ha arrojado la toalla ha sido Islas Airways, si bien el fin temporal de sus actividades podría tener bastante que ver con irregularidades en los descuentos para residentes canarios.
Antes que Islas cayó Spanair, que el 28 de enero, y a pesar de haber recibido 200 millones en subvenciones de varias administraciones públicas catalanas, tuvo que echar el cierre dejando en la calle a 4.000 empleados. Air Comet despidió a otros 650 tras cerrar en diciembre de 2009. Un camino, el de los ajustes de plantilla, que también han seguido Air Europa y ahora Iberia. La primera redujo su plantilla en 129 trabajadores a comienzos de año con un ERE, mientras que Iberia, que en la primera mitad del año arrojó unas pérdidas de 263 millones, anunció ayer mismo el despido de 4.500 trabajadores, una cuarta parte de su plantilla.
Una combinación de factores generales y propios del sector explican la catarsis actual de las aerolíneas españolas. Para empezar, la propia crisis está golpeando a la aviación como a cualquier otra rama de actividad. «El paro, la crisis económica, los recortes de gasto, la falta de crédito y su encarecimiento, las quiebras de empresas, todo ello tiene su efecto directo e indirecto en nuestra capacidad de generar ingresos», resumía Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia, en una carta dirigida a sus empleados en agosto para avanzar los recortes. AENA prevé una caída del tráfico aéreo del 3,4% para este año y no espera una recuperación del mismo hasta el año 2015.
A la recesión se ha sumado en los últimos años la irrupción de numerosas compañías de bajo coste, que han supuesto una competencia devastadora para las aerolíneas tradicionales en las rutas de medio y corto alcance –en septiembre ya transportaron al 60% de los pasajeros en España, según AENA– y han obligado a muchas a replantearse su estrategia.
«Hay una tendencia hacia un modelo mixto donde la compañías tradicionales están creando filiales de bajo coste para competir por ciertas rutas, mientras que las "low cost"aumentan sus servicios y alcance para tener presencia en segmentos "premium"», explica David Höhn, responsable de Transportes de la consultora KPMG. No obstante, como advierte Ofelia Betancor, profesora del Departamento de Análisis Aplicado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, «esta estrategia no siempre da buen resultado». Air Europa Express no llegó a cuajar e Iberia Express ha resultado un fiasco.
Competencia
El sector aéreo español, en el corto radio, no sólo ha de competir contra las «low cost», sino también contra el transporte por carretera y el ferroviario, que, en los últimos años, ha dado un salto adelante con la apertura de nuevas líneas alta velocidad con destino a Valencia o Málaga.
Estos dos factores han elevado el nivel de competencia en un sector que tanto Betancor como Höhn coinciden en destacar como ya de por sí muy competitivo. «Es un sector muy dinámico y potencialmente muy competitivo cuando lo permiten los niveles de demanda», señala Betancor, que considera que la entrada y salida de compañías del sector es algo frecuente.
Y por si todo esto fuera poco, AENA ha aprobado una importante subida de las tasas aéreas que las aerolíneas calculan que tendrá un sobrecoste para sus ya maltrechas arcas que podría rondar los 300 millones de euros.
Se acerca un crudo invierno
La temporada para el transporte aéreo que acaba de empezar no va a ser fácil para el sector. La petición de «slots» –los permisos para realizar despegues o aterrizajes– refleja una reducción de 120.000 vuelos en comparación con las solicitudes del año pasado, lo que se traducirá en una caída de unos cuatro millones de pasajeros. Un dato que avanza en la misma dirección de las previsiones del gestor aeroportuario, que calcula una caída del tráfico de en torno al 1,3% para 2013. La industria considera que factores como el aumento de las tasas aeroportuarias, que tanto han criticado, así como la subida del IVA desde el 18% al 21% juegan en su contra, pues limitan el presupuesto de los usuarios y contraerán todavía más el consumo.
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