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Bruselas

España abandera la petición de la UE para que DSK dimita

Todos los dirigentes europeos han intentado mantener durante las últimas horas el respeto a los tiempos judiciales y a la presunción de inocencia de Dominique Strauss-Kahn (DSK).

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Sin embargo, una vez que la canciller alemana, Angela Merkel, abrió el melón de una posible sucesión en el organismo para defender que la silla del director gerente debería ir para un europeo, los políticos del Viejo Continente se han lanzado en trompa detrás de la estela germana para apuntalar la misma posición.
La sincera protesta el lunes del primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, buen amigo de DSK, quien tachó de «indecente» que se hable de su sucesión sin haber comparecido aún ante el juez, fue un grito en el desierto, ya que los europeos disfrutaban de un debate en el que ya se sentían cómodos. Algunos, como la vicepresidenta Elena Salgado, parecieron sugerir que dimitiera. Salgado mostró su solidaridad con la mujer a la que supuestamente atacó el director gerente del FMI y declaró que «espero que Strauss-Kahn use su mejor criterio; otras veces no lo ha hecho».
Más claros fueron otros como su colega austriaca, Maria Fekter, quien al llegar a la reunión de los ministros de Finanzas dijo que «considerando la situación, y que la fianza fue rechazada, él tiene que pensar por sí mismo si está dañando la institución».
Un nuevo escenario
Lo que está claro es que todos los dirigentes en la UE parecen pensar ya en un escenario post- Strauss-Kahn, por lo que la presión para que abandone la silla, si no con palabras, es evidente con hechos. Tanto la CE como la presidencia húngara de la UE defendieron ayer que la silla vaya para un sucesor o sucesora europeos, siguiendo la tradición de la institución, ya que Europa es el mayor contribuyente a las arcas del Fondo. El pacto entre caballeros desde la Segunda Guerra Mundial otorga la silla de la dirección a un candidato europeo, mientras los estadounidenses se quedan con el Banco Mundial.
La irrupción de la crisis financiera y el auge del G-20 abrieron también estas instituciones a los emergentes, en proceso de reforma para darles mayor peso en estos organismos. De coronar esta apertura, el favorito podría ser el turco Kemal Dervis, un puente entre los emergentes y Europa, qye que su país está en proceso de adhesión a la UE.