Congreso Extraordinario del PSOE
Zapatero la lía con su amigo invisible
El PSOE, que tanto criticó el cuaderno azul de Aznar, condena el juego de su líder sobre la sucesión. Podría haber dos confidentes: Blanco y Rubalcaba
MADRID- Tanta crítica vertió sobre el cuaderno azul de Aznar que ahora él ha superado el estupor que el otrora presidente provocó entre propios y ajenos con el juego de su sucesión. Lo admiten sin ambages en el PSOE, donde se ha destapado ya la caja de los truenos. Y es que aunque Zapatero no usa libreta, sí ha decidido jugar al amigo invisible. Así que, como en 2003 ocurrió en las filas del PP, entre los socialistas hoy no es que se hagan todo tipo de quinielas –que ésas ya se hacían– es que no hay lejano o cercano al presidente que encuentre explicación a la finta con la que el pasado lunes puso en primera línea del debate un asunto que él mismo ha cortado de raíz en incontables ocasiones al desvelar que tiene un misterioso confidente con el que ha compartido su futuro inmediato, esto es, si será o no candidato en 2012.
¿Antes de las elecciones municipales para no lastrar a los candidatos de su partido? ¿Inmediatamente después? ¿Primarias? ¿Congreso extraordinario? ¿Cuándo y cómo lo anunciará? ¿En quién piensa para el relevo? Todas estas preguntas y alguna más atormentan a más de uno. A los que quieren jugar a la sucesión y a los que no juegan pero no saben a quién mirar o a quién preguntar «qué hay de lo mío». Lo peor es que ahora mismo en el PSOE no hay nadie que crea que puedan ganar en 2012, ni siquiera con Rubalcaba. La pregunta que se hacen es por cuánto pueden perder y con quién salvar los muebles. Pero claro, para ese escenario, que parece más que probable, tiene que haber un socialista dispuesto a «morir» por el socialismo, a retirarse después de marzo de 2012, si se confirma la debacle, y dar paso a una nueva alternativa.
De ahí que en el PSOE haya quien sostenga que la verdadera partida de estas siglas centenarias se jugará después de las generales y que cuando Zapatero anuncie su retirada –la mayoría la da por segura– lo que habrá serán primarias para elegir candidato, y no un congreso extraordinario para elegir secretario general.
Cohabitación
¿Bicefalia? Serían tan sólo unos meses, apenas medio año, en los que las riendas del partido seguirían en manos de la actual dirección federal. Ése sería el escenario en el caso de que Rubalcaba fuera el cartel electoral, ya que estaría asegurada la cohabitación pacífica con el vicesecretario general, José Blanco, y con Zapatero, que permanecería de secretario general hasta el siguiente congreso.
El problema surge si, como todo el mundo augura, Rubalcaba se ve obligado a competir en unas primarias. Ya hay de hecho quien las pide a gritos, y no sólo el director de la revista «Temas» que preside Alfonso Guerra, José Félix Tezanos. Carmen Chacón permanece agazapada para dar el salto en el momento oportuno. En la dirección federal saben de sus reuniones discretas o secretas con diferentes tótems de la política y el mundo audiovisual en las que ha manifestado su disposición a participar en la carrera de la sucesión. Hay malestar. Pero si Chacón o cualquier otro candidato se impusiera a Rubalcaba, entonces el PSOE volvería al «cainismo» y a las luchas intestinas que se libraron entre el candidato Borrell y el secretario general Almunia. Aquello que nadie quiere reeditar acabó con la renuncia del primero a encabezar la lista electoral y con la derrota sin paliativos del segundo en 2000.
Para evitar todo esto urge, dice un importante dirigente, que el presidente despeje ya la incógnita «porque el tiempo corre en nuestra contra». Cuanto más tarde en desvelar su futuro, más difícil será conducir el proceso de sucesión, bien sea en primarias o en congreso extraordinario. «No podemos entrar en precampaña y ésta empezará justo después de las municipales, en un proceso congresual con el partido abierto en canal».
Por eso ha sentado tan mal que Zapatero entrara en escena para que el fuego de la sucesión se avivara, después de meses de cábalas, rumores y llamadas al orden. La última llegó por boca del presidente del partido, Manuel Chaves, en la reunión de la Ejecutiva del lunes en la que estaba el presidente.
Cara de póquer
Así es, fuentes de la dirección aseguran que unas horas antes de que Zapatero hablase de su «confidente» en la copa navideña, Chaves había pedido al PSOE de forma expresa que abandonara «debates estériles» y se centrara en la explicación de las reformas del Gobierno. «La cara que se le quedó cuando supo de la frivolidad del presidente es indescriptible, igual que la de Rubalcaba y Blanco», relata un miembro de la Ejecutiva. El mismo interlocutor sostiene que estos dos últimos no han pedido explicaciones sobre su comentario al presidente, pero que el malestar por la chanza es notable. Y es que, aseguran desde el núcleo duro del líder del PSOE, Zapatero «no tiene un confidente, sino dos», esto es, que tanto el vicepresidente primero como el vicesecretario general conocen los planes del presidente. ¿Quiere eso decir que saben de su decisión? «No, sino que con ambos ha analizado los posibles escenarios de su retirada en el caso de que ésta fuera la decisión», aclara.
En todo caso, la mecha está ya prendida y no se apagará hasta que el secretario general haga pública su decisión que, para un sector del PSOE, será «más pronto que tarde», ya que, en su opinión, el comentario del presidente sobre su amigo invisible responde a un cálculo medido con el que busca adelantar los tiempos previstos. De este modo desvelaría la incógnita antes de mayo.
La maniobra de despiste, cuyo sentido pocos aciertan a descifrar, podría responder a otros objetivos, entre ellos promover el debate entre las bases. Y éste ya ha empezado. El antes mencionado Tezanos ha escrito negro sobre blanco después del comentario de Zapatero de que, para remontar electoralmente, el PSOE necesita hacer «cambios importantes», y sobre todo en el liderazgo.
Sin tentaciones
En un artículo en la web de la Fundación Sistema el pasado miércoles defendía unas «elecciones internas por escrutinio universal y directo» de todos los militantes para elegir al sucesor para que el proceso se produzca «con las máximas garantías de credibilidad democrática y de igualdad de oportunidades» y sin ninguna «tentación designatoria y continuista». Y todo ello debería hacerse «con tiempo suficiente» para que el nuevo candidato logre «apoyos» y «credibilidad» y «sin verse excesivamente lastrado por posibles errores del pasado».
En el mismo artículo llega a decir que dada la baja valoración de Zapatero en las encuestas (un 3,5 sobre 10), lo lógico es que éste reflexione seriamente sobre si su permanencia al frente del partido «ha llegado a ser la principal causa» de que el PSOE no remonte.
La de Tezanos no es una voz aislada en el PSOE. En la misma línea se han manifestado varios líderes regionales y locales, en público y en privado. Y aunque Zapatero ha dicho en público que nadie le ha pedido en su partido que despeje ya la incógnita, sus palabras no se ajustan a lo que cuentan algunos barones. El debate antes apenas traspasaba los muros de Ferraz, ahora el eco llega a todas las federaciones socialistas, y si no lo escucha Zapatero es que no se entera de nada.
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