Historias del cercano Oeste

Decir al lector que tiene en sus manos «una novela del Oeste» cuando lea «Band Lands» (1978) sería tan cierto como falso. La acción de esta obra escrita por Oakley Hall (1920-2008) se sitúa en un territorio de malas tierras de Dakota hacia los años 1880, con ranchos, cuatreros, pistoleros e incluso pieles rojas. Pero, en mi opinión, tal textura no es sino la tela para revestir un mensaje sobre el ser humano y su enfrentamiento con el destino, de la misma manera que se usan los paisajes orientales del «El hombre que pudo reinar», de Kipling, para casi lo idéntico; de hecho, encuentro semejanzas de carácter entre ambas: en «Bad Lands» hay un magnífico personaje, un lord escocés delirante, boxeador, casi rey de aquel territorio, que combatirá con falda y medallas, una gran creación de Hall.

Con un título que recuerda a «The Waste Land», de Eliot, Hall establece unas coordenadas narrativas (un joven viudo que trabaja en la banca abandona Nueva York para dedicarse a la ganadería en unas tierras de Dakota) que funcionarán en planos que el autor engarzará para transmitirnos su visión de la realidad: la descripción de un mundo del antiguo Oeste donde algunos personajes lucharán para defender los pastos y el antiguo modo de vida.

Ganaderos y granjeros
También están los europeos pobres y los de buenas familias, que encontrarán en el enfrentamiento entre ganaderos y granjeros la continuación de las luchas de clase de la vieja Europa; el deseo y el uso del sexo a través de dos personajes femeninos: la madame de un burdel y una joven lisiada de una mano; la narración de las batallas de la política americana entre las facciones de republicanos y demócratas; la mirada del joven de Nueva York, quien estará a punto de ser colgado. Al final, el protagonista nos transmitirá el mensaje de Hall: «Había una especie de principio según el cual todas las cosas llevaban la ruina consigo».

«Bad Lands»
Oakley Hall
Galaxia Gutemberg
486 páginas. 24 euros.