Estreno

Eterno «dejà vu»

Cuando uno hace una película como «Moon» (2009), pronto se olvidan las genealogías ilustres. Que Duncan Jones sea hijo de David Bowie era una anécdota que quedó eclipsada por la calidad de una gran opera prima.

068NAC15FOT1
068NAC15FOT1larazon

Jones vuelve a explorar los dilemas de la identidad del individuo en otro «thriller» de ciencia-ficción, «Código Fuente», un cruce entre «Matrix» y «Atrapado en el tiempo» en el que un militar que participa en un proyecto gubernamental (Jake Gyllenhall) viaja una y otra vez a los ocho minutos anteriores a un atentado mortal en un tren encarnado en uno de sus pasajeros, para recabar información pero sin poder, en teoría, alterar el pasado. Cosas de la mecánica cuántica difíciles de explicar en unas líneas. Jones y Gyllenhall hablaron en Madrid de este «salto cuántico».

Avanzar en la narrativa
«Mi reto como director –explica Jones sobre los recurrentes viajes a un mismo pasado– era que cada vez que viéramos ese episodio, algo hubiese avanzado a nivel narrativo y visual. También que cada uno tuviera una tonalidad diferente: el primero es más un ‘‘thriller'', el segundo es más cómico, luego hay otro más romántico...». El director cita entre sus referencias «12 monos», de Terry Gilliam, y «Quantum Leap» (dato para fans: atentos a la voz en off de Scott Pakula, el actor que saltaba de un cuerpo a otro en cada episodio en aquella serie de televisión de los años 90).

Y explica sobre trabajar con un material ajeno: «Jake y los productores habían visto las semejanzas entre "Moon"y este guión y pensaron que "Código Fuente"sería un buen proyecto para mí». A renglón seguido, bromea: «Yo me entusiasmaba en cambio con las diferencias entre ambos, como poder trabajar con más de un actor». Quien haya visto «Moon» entenderá su entusiasmo: aquella joya tenía a un único y solitario astronauta en la Luna como protagonista.

Como actor, Gyllenhall tuvo que encarnar a un personaje que regresa una y otra vez a los mismos diálogos y situaciones, aunque con variaciones, como si de una partitura de Bach se tratase. «Fue sin duda un reto, era lo que más me interesó del guión: sabía que la transición del papel a la pantalla iba a ser donde esta película tuviera éxito o fallara. La única manera para que el filme funcionara era con variaciones. Trabajamos mucho para encontrar diferentes ángulos e intenciones».

La mesa de montaje
Y bromea con una seriedad tzen el joven actor sobre la peligrosa amenaza del «raccord» en un montaje tan complicado: «Fue difícil para todos los actores, excepto para mí, porque mi personaje es el único que podía cambiar de escena a escena, y resultó divertido». Gyllenhall parece especializado en papeles arriesgados: ahí están su vaquero gay de «Brokeback Mountain» y su juvenil protagonista en «Donnie Darko», otra pieza de ciencia-ficción convertida en película de culto.

«"Donnie Darko"representa la transición de la infancia a la adolescencia, y este filme sería el paso a la madurez. En los dos aprendí a seguir mi propio instinto. He trabajado géneros diferentes, pero he vuelto a uno que me importa especialmente. Por el camino aprendí mucho y he estado muy involucrado en este proyecto, ha sido casi como regresar a casa».

El detalle: Otro «camaleón»
Cuando Duncan Jones estrenó «Moon» llenó titulares por ser quien es: el hijo de David Bowie, bueno, uno de ellos, pues su saga familiar daría para todo un artículo. Con su segundo, aún le siguen preguntando si ser hijo del «Camaleón» ha supuesto una ayuda o una barrera. Él responde con humor: «Me ha abierto algunas puertas, pero a la hora de cruzarlas las expectativas eran mayores», cita asegurando que las palabras son de alguien, no suyas.

«Tardé mucho hasta sentirme preparado para exponer ante el público y hacer algo creativo. Afortunadamente, no trabajo en la misma disciplina que mi padre. Eso ayuda», dice. Y se parte de risa al añadir: «Jamás me vas a oír cantando». No hace falta: está claro que lo suyo es el cine.