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Son la misma mierda por Lucas Haurie

La Razón
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No somos aquí parcos en la crítica a nuestros políticos, así resulta más creíble el elogio, cuando toca. Los partidos españoles han tenido, desde la Transición, la virtud de embridar a los radicales de uno y otro extremo. Sólo el PNV, me temo que por falta de voluntad, ha fracasado en su tarea de encerrar a los abertzales en la marginalidad que merecen. A derecha e izquierda, sin embargo, rebrotan ahora movimientos potencialmente atractivos para una juventud desencantada, en paro y carente de perspectivas. Hoy se reúnen en Sevilla unos becerros antisistema debeladores de la propiedad privada y cuyos flirteos con el mundo etarra son más que evidentes. Y en dos semanas, nos manchará con su visita el igualmente becerro Gianluca Iannone, neofascista italiano que promueve una especie de internacional xenófoba en las naciones de la Europa meridional. Ambas reuniones coincidirán en casi todo: estética tirando a negro, rock duro, culto a la violencia, atonía intelectual, pertinaz desapego a la higiene y, sobre todo, desprecio por el sistema democrático occidental. Lo mismito que Viacheslav Mólotov y Joachim von Ribbentrop, ministros soviético y nazi cuyo pacto (no tan contra natura) para la repartición de Polonia prendió la mecha de la II Guerra Mundial. Suerte e ira desatada, pues, para los agentes de policía.